El Gobierno brasileño confirmó este viernes que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva asistirá a la Cumbre del G7, que se celebrará entre los próximos 20 y 21 de mayo en la ciudad japonesa de Hiroshima.
El G7 es un foro de consultas políticas integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, y Brasil estará presente este año en calidad de invitado, igual que Australia, Comoras, las Islas Cook, India, Indonesia, Corea del Sur y Vietnam.
En una nota oficial en la que confirmó la asistencia de Lula, la cancillería dijo que Brasil “comparte los valores que congregan a los países del G7”, entre los que citó la defensa de la democracia, la modernización económica y la protección del medioambiente y los derechos humanos.
También recordó que Brasil ya había participado como invitado en las cumbres del G7 durante el primer y el segundo mandato de Lula, entre 2003 y 2009.
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La cancillería sostuvo que la nueva invitación “marca la retomada de la participación de Brasil en el G7” y consolida la “percepción de equilibrio en las posiciones del país respecto a temas sensibles en el escenario internacional».
Hasta hace unos días, Lula había puesto en duda su asistencia a la cumbre, pues tenía algunas dudas sobre el nivel de participación que le sería asignado, según admitieron fuentes oficiales.
Desde que asumió el poder por tercera vez, el pasado 1 de enero, Lula ha desplegado una intensa agenda internacional para así poner fin al “aislamiento” en el que Brasil se sumió en la escena global durante la gestión del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022).
En sus primeros cuatro meses en el Gobierno, Lula ya ha viajado a Argentina, Uruguay, Estados Unidos, China, Emiratos Árabes Unidos, Portugal y España, y actualmente se encuentra en Londres, para asistir a la coronación del rey Carlos III.
Además, ha convocado una cumbre de presidentes suramericanos para el próximo 30 de mayo y otra de los países amazónicos, que será celebrada en agosto.