Conocer más: Enfermedad de Parkinson

Conocer más: Enfermedad de Parkinson

Julio Ravelo Astacio

De inicio es difícil aceptar que sus manos, mandíbula o un pie tiemblen sin aparente motivo, que sus brazos pierdan parte de su gracia al desplazarse y en cambio se apeguen al cuerpo como si temiesen alejarse del mismo, sentir que el habla se torna lenta y monótona, que su sonrisa ha perdido espontaneidad y amplitud, que sus músculos se tornan tensos y dolorosos…

Con estas manifestaciones, amigo lector, resultaría aconsejable consultar su médico, ya que podría ser que esté presentando los síntomas iniciales de la Enfermedad de Parkinson: afección cerebral, neurodegenerativa caracterizada por una disminución en los niveles de dopamina (neurotransmisor encargado de controlar los movimientos), como consecuencia se producen trastornos del movimiento, mentales y del sueño, dolor muscular entre otras alteraciones. Descrita en 1817 por el médico británico James Parkinson.

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Unos 2 millones de europeos están afectados por esta patología, se pierden alrededor de 20 mil millones de euros por la merma de la productividad y los cuidados de estos pacientes. Se estima que en el mundo para el 2030 alrededor de 12 millones de personas la padecerán.

Se desconocen las causas de esta, pero se consideran varios factores de riesgo que pudieran influir: genéticos, ambientales, edad, sexo masculino, presencia de cuerpos de Lewy, alteraciones en las mitocondrias, exposición a toxinas como herbicidas y pesticidas. La enfermedad afecta al 1.6% de la población mundial mayor de 65 años.

Los síntomas aparecen lentamente. Puede iniciar con temblores apenas perceptibles en una mano, pie o mandíbula. Rigidez, retraso de los movimientos que se tornan más lentos (bradicinesia), problemas con el equilibrio aumentando el riesgo de sufrir caídas. La rigidez muscular en parte del cuerpo puede volver los músculos tensos y adoloridos, movimientos de brazos cortos y bruscos. Puede aparecer dificultad para levantarse de una silla, ducharse o vestirse. Rostro con escasa expresión, el habla puede volverse suave e incomprensible. Todo lo anterior se puede acompañar de la pérdida de movimientos automáticos que se realizan sin pensar: parpadear, sonreír, balancear los brazos al caminar. Puede que el volumen de la voz sea muy bajo, el habla puede ser monótona y apática. La escritura puede cambiar y ser apretada y pequeña (micrografía). Estreñimiento, trastornos para orinar, sensación permanente de cansancio, dificultad para oler.

Las manifestaciones en el plano emocional pueden incluir: depresión, ansiedad, insomnio, irritabilidad, cambios en el autoestima e identidad, aislamiento social. La enfermedad puede afectar la memoria, el lenguaje y las habilidades de razonamiento. Asimismo, en la familia o cuidadores puede generar: estrés y agotamiento físico, sentimientos de culpa o frustración, puede alterar los roles dentro del hogar, miedo al futuro e impacto económico. Esta es una enfermedad compleja y aún bastante desconocida, ello nos obliga a continuar los esfuerzos para desentrañar sus causas y un manejo exitoso. No obstante, se han logrado importantes avances en su comprensión, manejo y apoyo farmacológico. Las investigaciones científicas sobre la misma continúan generando interesantes expectativas sobre las posibilidades de un manejo cada vez más exitoso.

Algunas sugerencias:

  • Informarse bien sobre la enfermedad.
  • Comprender al paciente sobre su padecimiento y preocupaciones.
  • Ayudarlo en la comunicación.
  • Adaptar el hogar para evitar tropiezos, caídas: despejar los pisos del desorden y cosas tiradas, incluso alfombras, juguetes, tarros.
  • Uso de muebles fuertes y resistentes.
  • Instalar barras de agarre cerca del inodoro, bañera, ducha.
  • Escaleras despejadas, iluminadas y con agarres.
  • Estimular al paciente a mantenerse activo. Establecer programas de caminatas y ejercicios
    adecuados.
  • Terapias de apoyo: fisioterapia, terapia ocupacional, psicoterapia.
  • Asegurar el buen control de la medicación indicada.
    Mucho podemos y debemos hacer por ellos.

¡Hagámoslo, pues!

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