Pregunta de la lectora: ¿Por qué en las familias hay una oveja negra? Es raro porque en la familia, los padres son los mismos.
Respuestas de la terapeuta: Cierto, la familia es la misma, pero las interacciones entre quienes la componen son distintas. No todos los hijos nacen en el mismo clima emocional ni en las mismas condiciones económicas; tampoco bajo las mismas expectativas.
Los padres tienden a valorar el género, femenino o masculino, asignándole características especiales de acuerdo a éste. Encontramos familias en las cuales se les da mayor importancia a las hembras, minimizando y brindando menor atención a los varones; o viceversa.
Los padres enmarcan a cada uno de los hijos con características distintas. Algunos son descritos como inteligentes, menos inteligentes, desordenados, maleducados, sin vergüenzas, entre otros. Se relacionan partiendo de esa construcción que van haciendo durante el trayecto del desarrollo.
Los padres proyectan sobre sus hijos sus propias inseguridades, temores y estilos de personalidades de otros miembros de la familia, como por ejemplo, el abuelo, el tío, la prima.
Los acuerdos entre los padres y el estilo parental imperante serán herramientas y habilidades utilizadas para criar y disciplinar.
Dependiendo de los niveles de madurez de ambos padres se conjugarán las proyecciones, los estilos parentales y los estilos disciplinarios.
Estas caracterizaciones configuran una familia, su relación, su idiosincrasia, sus fortalezas y debilidades. Estas incidirán sobre cada miembro de la familia.
Si la relación es disfuncional, con padres diferenciados, la probabilidad de tener un hijo etiquetado como oveja negra será muy alta. La reactividad emocional sería volcada sobre el hijo más vulnerable, que quedaría atrapado en el circuito reactivo de los padres.
Es el elegido para ser atacado, criticado, juzgado, maltratado. Los padres podrían justificar su comportamiento argumentando que el problema es el hijo, cuando no se dan cuenta que ellos son parte del problema. Sus pautas han sido parte del desarrollo y sostenimiento del hijo etiquetado como oveja negra.
Por tal razón, se recomienda terapia familiar para que entre todos modifiquen la pauta que hace el sistema disfuncional y la conducta del hijo etiquetado como el problemático mejore.
Si la familia no acepta la visión sistémica del problema es más propensa a perpetuar la conducta problemática.
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