Consultorio de Familia

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Soraya Lara de Mármol

Pregunta de la lectora: ¿Qué piensa acerca de la sexualidad de la mujer en la menopausia? La forma en que se habla de este período me desanima. Se hacen muchos chistes burlones. Cuando se refieren a la menopausia se usan fotos que, particularmente a mí, me causan vergüenza.

Respuesta de la terapeuta: Superar la vergüenza en este ciclo vital es un desafío. A la mujer no se le ha enseñado que esta etapa es parte del proceso de madurez biológica, la cual es muy interesante y de la que hay mucho que aprender.

Lo primero a vencer son las funciones sexuales femeninas asignadas, en exclusiva, para fines reproductivos. Se ha destacado más el rol biológico de ser madre que la experiencia de la sexualidad y el erotismo en la mujer. Aunque estos últimos, en un período de la antigüedad, no estuvieron restringidos, por lo menos, en algunas culturas.

Una vez desaparecía la menstruación, terminaba la función reproductora; por lo que la sexualidad quedaba rezagada. En el periodo victoriano, la sexualidad femenina era reprimida; el placer erótico quedaba prohibido. La represión e inhibición de la expresión de la sexualidad quedaron vedadas hasta nuestros días en muchas culturas; sobre todo, amparadas en dogmas religiosos.

En esta etapa aparecen cambios hormonales, en los que observaremos modificaciones de orden físico y psicológico. Pero, no significa la pérdida del placer sexual ni del erotismo.

Sexualidad y erotismo son temas a dialogar en la actualidad. Es una tarea pendiente. El desconocimiento de la mujer sobre la riqueza sexual en los cincuenta años de vida ha sido el secreto mejor guardado. En esta la mujer disfruta de mayor libertad y autonomía. Va dejando atrás su rol exclusivo de madre, dando aparición a nuevos eslabones del placer, con menos miedo, inhibiciones y represiones.

Claro está, todavía en pleno siglo XXI es mucho lo que hay que educar en este sentido. Uno de los grandes retos es desmitificar la menopausia como una catástrofe para la mujer. Hoy se sabe que no es así, a pesar de los cambios hormonales.

Saberse sujeta de derecho al goce sexual, sin el peso de la edad, abre nuevas experiencias y desafíos. No hay por qué conformarse con los mandatos de épocas, en las cuales expresar la sexualidad y el erotismo era una transgresión moral.

Vencer la vergüenza es una acción reivindicativa de la sexualidad femenina.

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