Pregunta del lector:
Estoy divorciado hace años y me gustaría convivir con mi pareja actual, pero ella prefiere casarse. Entiendo que contraer un compromiso legal no es lo que determina la calidad y duración de la relación. Además, es más fácil la separación si no funciona. ¿Qué opina?
Respuesta de la terapeuta: La legalidad no es lo que garantiza la calidad y duración de una relación.
En la República Dominicana, el estatus marital predominante es la unión libre. La principal diferencia radica en que con el matrimonio civil se adquieren los derechos de la comunidad marital una vez contraídas las nupcias. Sin embargo, en la unión libre, según nuestra Constitución, se adquieren a los 5 años.
De manera que la relación de pareja no es tan solo un acuerdo emocional, en el que ambos declaran amarse, cuidarse y protegerse, sino que también se adquieren derechos de los bienes mancomunados.
La gran mayoría de las parejas asume el compromiso emocional de amarse y convivir unidos para siempre, sin temor a lo que ocurrirá en un futuro próximo o a largo plazo. Los enamorados proyectan una vida común satisfactoria y con planes con miras hacia el futuro.
Incluso, ni cuando inician los problemas se plantean la separación, todo lo contrario, hacen numerosos esfuerzos para afrontarlos y preservar el proyecto familiar.
En su caso, es recomendable que ambos reflexionen sobre los pareceres acerca de ambas opciones. Si logran conversar y cada uno escucha las motivaciones personales se podrá tomar una decisión.
Entiendo que al decidirse por una de las dos opciones, se corre el riesgo de que el otro perciba que su posición no fue considerada.