Pregunta de la lectora: Soy una persona muy presumida. Estoy entrando en los 55 años. Cuido mucho de mi apariencia. Me he hecho cirugías, pues odio verme vieja. Mis amigas me dicen que tengo que aceptarme y llevar la vida como una mujer de mi edad. Pero me siento bien así. ¿Qué me aconsejaría?
Respuesta de la terapeuta: En las últimas tres décadas se ha resaltado, sobre manera, la apariencia física como un tributo a la personalidad, no tan solo en la mujer, igual ocurre en el hombre. Cada vez más hombres recurren a las cirugías y al uso del botox. El culto al cuerpo se ha convertido para muchas personas en algo esencial. Se mercadean la belleza, cirugías, o cualquier actividad estética como un atributo a la autoestima. Belleza, juventud, cuerpo perfecto son asociados a la estima y valía personal. La estética ha podido colocarse exitosamente en el mercado, creando una fuerte demanda, pero desafortunadamente, provocando en las personas, sobre todo en las mujeres, un fuerte rechazo a un proceso normal como es el envejecimiento. Hay que pensar cuántas partes del cuerpo se rechazan porque no cumplen con los parámetros estéticos impuestos. Mostrar las canas, líneas de expresión del tiempo, se ha constituido en una ofensa. Incluso, los demás pueden considerarlo como un descuido personal.
El mercado se impone destacando los defectos físicos de las personas para ganar más clientes y obtener mayor beneficio económico. Pero, ¡cuántas mujeres estéticamente hermosas, tristes y solas!
Lo que sí está asegurado, es que pueden mejorar considerablemente la apariencia, pero sin ganar más en felicidad. Es solo apariencia estética.
A mi entender, lo que considero más crítico es que las personas se sumen al rechazo al cuerpo y a la edad, creyéndose que son feas y deformadas. Aceptar la imposición de que hay que tener un cuerpo cadavérico para “lucir bien”, bajo dietas rigurosas, es angustiante.
Ahora bien, cada quien decide lo que hace con su cuerpo y cómo define su autoestima. Las personas toman decisiones con fines estéticos dependiendo de cómo perciban cuerpo y los afectos que sienten hacia sí mismas. Lucir joven podría ser una garantía de sentirse incluido dentro de un sistema social y laboral. Entiendo que cada persona debe hacer lo que considere conveniente para sí misma, su bienestar, alegría y sentimientos de adecuación. Haga lo que considere más conveniente.