Consultorio de Familia. Preocupación por niños que piden en las calles

Consultorio de Familia. Preocupación por niños que piden en las calles

Soraya Lara de Mármol

Pregunta de la lectora: Me preocupa ver a los niños pidiendo en las calles, ¿será que no tienen a sus padres? ¿A qué cree se debe esto? ¿Se puede hacer algo?

Respuesta de la terapeuta: Ver los niños en las calles es penoso. Deberían estar en la escuela aprendiendo y recibiendo la protección de sus padres.

Esto refleja el malestar social y es consecuencia de las políticas inadecuadas de protección a la familia y contra la pobreza.

En nuestro país, la pobreza es un drama que afecta a las familias pobres y muy pobres. Los padres promueven en los hijos salir a buscar dinero para cubrir la alimentación del día a día. Las necesidades básicas como: alimentación, salud, educación, vestimenta y recreación, no es posible satisfacerlas. De alguna forma, entienden los padres que hay que sobrevivir.

En la escala evolutiva aparece la familia como organización primaria para cuidar las crías. La madre se quedaba al cuidado de las crías y el padre cuidaba de ellas y procuraba los alimentos.

Es decir, que proteger y cuidar están arraigados a nuestra escala filogenética.

Luego, a través de leyes, tratados internacionales y los principios universales de los derechos de la niñez y la adolescencia, se establecen políticas y normativas que definen muy bien cuál es la función de los padres, así como, desde la psicología y psiquiatría se definen las responsabilidades parentales.

El fin común es el bienestar de los menores de edad, proteger su integridad física y emocional.

Los derechos de la niñez y la adolescencia tienen mayor importancia que los de los padres. Así como los niños tienen el derecho a ser protegidos y los padres tienen el deber de cumplirlos.

El Estado, a través de sus distintas organizaciones, debe velar por el cumplimiento de la protección infantil.

Fíjese que el Estado funge una función de vital importancia en la protección de la niñez.

Alcanzar el bienestar de los menores de edad dependerá de un ecosistema responsable: Estado y familia.

Cuando la sociedad es consciente de la responsabilidad estatal, le exige que cumpla con su rol.

Si el Estado no cumple, la familia sufre, deja de cumplir sus funciones, quedando los niños, las niñas y los adolescentes en la desprotección absoluta. Esto da como resultado deserción escolar, conductas delictivas y posibles suicidios por la ausencia o fragilidad de los vínculos con sus figuras de apego.

 

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