Pregunta del lector: ¿Puedo aprender a ser optimista?
Respuesta de la terapeuta: Las personas nacen con ciertas características o rasgos que las hacen más vulnerables que otras, cuyas particularidades pueden intensificarse de acuerdo con las vivencias en el transcurrir de sus vidas.
También, hay que considerar que se desarrolla un repertorio de actitudes, pensamientos, sentimientos y comportamientos con base a todo un sistema de creencias incorporado a través de las interacciones interpersonales con el entorno familiar, cultural, social y religioso.
Las personas no se dan cuenta que son influenciadas y de que reaccionan en consecuencia. Se aprende a ser optimista, resiliente, a asumir un estilo de vida espiritual rica y a gestionar las emociones.
Implica superar las distorsiones o ideas erróneas respecto a las situaciones que les provocan desesperanza, sentimientos de inutilidad, percepción de incontrolabilidad, de que algo catastrófico va a suceder, sensación de impotencia y de vulnerabilidad.
Lograrlo requiere darse cuenta, asumir compromiso para un cambio e iniciarlo. Muchas personas procrastinan, fijan fecha y hacen promesas sin darse cuenta de que su comportamiento es elusivo.
Quien muestra un comportamiento evitativo, se jacta de presentar excusas y justificaciones con el fin de no comprometerse, como si la responsabilidad estuviese fuera de sí.
El primer paso para ser optimista es serlo consigo mismo. Supone ver el fracaso como algo externo, circunstancial, superable y aleccionador, observar la situación como algo transitorio y valorar la oportunidad de aprendizaje.
El optimista se percibe capaz de salir de la zona de confort para retarse a sí mismo y se enfoca en su autorrealización como meta.