Respuesta de la terapeuta: Es necesario aprender a gestionar el estrés cuando las circunstancias desbordan la capacidad de afrontamiento.
El estrés es una respuesta normal que nos permite levantarnos cada mañana y movilizarnos para realizar tareas y que nos prepara para la acción ante las situaciones que se nos presentan.
Nos alerta y prepara para dar respuesta en los casos de los que tengamos que huir o defendernos.
Cuando se presentan situaciones estresantes, se activan el cortisol y la adrenalina para ayudarnos a afrontar las circunstancias que nos parecen amenazantes, con la particularidad de que luego se reestablecen los niveles normales en la sangre. Es lo conocido como el estrés, un mecanismo de regulación biológica.
Por otro lado, tenemos el distrés que se mantiene en el tiempo y altera nuestra química interior. Si los niveles de cortisol y adrenalina se mantienen elevados por un período largo, se convierten en tóxicos y no se nivelan con facilidad. Es cuando aparecen las somatizaciones y el desequilibrio.
Bajo el estado de distrés aparecen síntomas como dolor de estómago, insomnio, palpitaciones, frecuencia cardíaca elevada y disfunciones del sistema inmunólogo. También afecta la memoria, y genera dolor de espaldas y de cabeza, entre otros.
¿Qué hacer?
Detectar las distintas fuentes generadoras de estrés, hacer ejercicio físico y de respiración, dormir por lo menos seis horas, meditar, llevar una dieta balanceada, realizar actividades placenteras, mantener una actitud de agradecimiento, leer, cambiar rutinas y el estilo de afrontamiento disfuncionales y buscar ayuda psicoterapéutica en caso de que sea necesario.