P: ¿Cómo podría la alimentación ayudar a controlar las várices de las piernas?
R: Las várices son venas hinchadas y retorcidas que pueden verse bajo la piel de un color morado o azul oscuro. Aparecen frecuentemente a nivel de las piernas, pero también pueden afectar las venas del recto (hemorroides) o del esófago (várices esofágicas), como sucede en la cirrosis hepática.
En muchas personas, las venas varicosas no causan ninguna molestia y sólo son una preocupación estética; mientras que en algunos provocan incomodidad o dolor, y son un indicio de un problema circulatorio subyacente.
Las várices ocurren por daño o debilitamiento de las válvulas que favorecen el flujo unidireccional de la sangre desde los tejidos periféricos hacia el corazón. Son más frecuentes en mujeres, sujetos obesos, envejecientes, embarazadas, en personas con estreñimiento crónico y con antecedentes familiares de várices. ¿Qué hacer?
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1- Aumentar el consumo de fibras, presentes en frutas, verduras, leguminosas, granos integrales y nueces; tomar 2-3 litros al día de líquidos (agua, zumos, caldos, infusiones) y practicar ejercicios físicos con regularidad. Esto controla la obesidad y el estreñimiento, al provocar saciedad y producir heces más voluminosas.
2- Consumir menos sal, reduciendo o evitando los productos enlatados y en conservas, carnes curadas y ahumadas, aceituna, alcaparra, papitas fritas, embutidos, quesos añejos, sopas de sobre, catsup, etc; pues la sal retiene agua e hincha las venas.
3- Controlar el consumo de azúcares, gaseosas, granos refinados y grasas saturadas porque pueden aumentar los niveles de triglicéridos y colesterol, espesando la sangre y dificultando su regreso hacia el corazón. Preferir pescados azules, aves, aguacate, frutos secos, aceites de hígado de bacalao, oliva, canola, girasol, etc.
4- Limitar el consumo de condimentos fuertes, café, chocolate, alcohol y tabaco porque dilatan las venas.
5- Aumentar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes, pues desinflaman y protegen las paredes de las venas contra el daño y el debilitamiento causado por los radicales libres. Ejemplos: aceite de oliva, arándanos, moras, fresas, frambuesa, uvas, cítricos, ajo, cebolla, espinacas, zanahoria, col y tomate.