Consultorio de Nutrición: Diabetes mellitus y el arroz blanco

Consultorio de Nutrición: Diabetes mellitus y el arroz blanco

Jimmy Barranco Ventura

Pregunta: ¿Pueden los enfermos de diabetes mellitus consumir arroz blanco?

Respuesta. Después del maíz y el trigo, el arroz es el tercer cereal de mayor consumo a nivel mundial, como plato principal, guarnición o postre. El origen del arroz no está claro para los historiadores, pero algunos hablan de Asia y otros de África; y los primeros cultivos aparecen en Tailandia y China entre los años 5,000 y 4,500 a. C.

El arroz es rico en almidón, vitamina B6 y niacina. Cien gramos de porción comestible aportan 381 kilocalorías, 7 gramos de proteínas, 0.9 gramos de lípidos, 86 gramos de hidratos de carbono, 0.2 gramos de fibra, 5.9 gramos de agua, 10 miligramos de calcio, 0.5 miligramos de hierro, 2 miligramos de yodo, 13 miligramos de magnesio, 0.2 miligramos de zinc, 6 miligramos de sodio, 110 miligramos de potasio, 100 miligramos de fósforo, 7 miligramos de selenio y vitaminas (B1, B2, B3, B6).

Puede leer: Consultorio de nutrición: ¿Cómo se relaciona la obesidad con la crononutrición?

Sin embargo, durante el refinamiento y pulido del arroz se pierde hasta el 50% del contenido de minerales y 85% de las vitaminas del grupo B. Según la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) los enfermos de diabetes pueden consumir arroz, pero con moderación debido a que este cereal es rico en hidratos de carbono y tiene un elevado índice glucémico, lo que quiere decir que provoca una subida rápida de la glucosa.

No obstante, esto puede controlarse si el arroz se cocina al vapor y se consume con alimentos ricos en fibras (verduras y frutas) o proteínas (aves, atún, salmón, sardina, etc.), aceite de oliva y/o aguacate, porque retardan el vaciamiento gástrico de los alimentos. Las Guías Alimentarias estadounidenses 2020-2025 recomiendan que la mitad de los granos consumidos sean integrales (ricos en fibras).

La fibra ralentiza la descomposición del arroz en azúcares durante el proceso digestivo, lo cual tiene un doble beneficio para el cuerpo: hace que el azúcar en la sangre sea menos propensa a dispararse, y por otro lado, sacia más y ayuda a comer menos cantidad. El problema del veneno está en la dosis.

Más leídas