P: ¿Qué relación existe entre dieta, microbiota intestinal y obesidad?
R: Las dietas ricas en fibras promueven una mayor diversidad microbiana a nivel intestinal, el crecimiento de especies bacterianas beneficiosas (Prevotella) productoras de ácidos grasos de cadena corta, y reducen el riesgo de obesidad y enfermedades metabólicas (Davis HC, J Med Sci 2018).
De igual manera, la adherencia a una dieta mediterránea o vegetariana se ha asociado con una microbiota intestinal saludable y una mejoría de parámetros metabólicos (Garcia-Mantrana I y col. Front Microbiol 2018; Glick-Bauer M y col. Nutrientes 2014).
Por el contrario, las dietas occidentales, abundantes en alimentos procesados, hiperenergéticos, ricos en grasas, azúcares, sal y aditivos químicos, con escaso consumo de fibras, provocan disbiosis intestinal (menor cantidad y diversidad de bacterias intestinales), asociada con obesidad, diabetes y otras enfermedades metabólicas (Valenzuela Montero A, www.sochob.cl. Agosto 2019).
Las dietas bajas en calorías y la cirugía bariátrica modifican positivamente la microbiota intestinal; y su “normalización” con el uso de probióticos (bacterias saludables), prebióticos (fibras e hidratos de carbono que mantienen la microbiota intestinal), antibióticos o trasplante de microbiota fecal (TMF), podría ser una opción terapéutica interesante.
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En la obesidad, diabetes tipo 2 y otras patologías hay una disminución de la Akkermansia spp. (bacteria moduladora de la permeabilidad intestinal); y su restablecimiento se acompaña de una mejoría de la diabetes, pérdida de peso corporal, menor inflamación y disminución del colesterol y los triglicéridos. La pérdida de peso corporal, la metformina, los ácidos grasos omega 3, el ejercicio y la cirugía bariátrica incrementan la concentración intestinal de esta bacteria saludable (Shin NR y col. Gut 2014).
El uso del TMF para tratar la obesidad y otras enfermedades asociadas aún está en pañales, y se desconoce su potencialidad terapéutica. El TMF busca corregir la disbiosis intestinal de los pacientes obesos, transformando su microbiota “obesogénica” en otra, típica de sujetos “normales” o “delgados”. Una alimentación saludable controla la obesidad al preservar la diversidad de la microbiota intestinal.