P. Profesor, ¿en qué consiste el Convenio de Basilea y cuál es su importancia para la República Dominicana?
R. Es un protocolo y a la vez, una herramienta poderosísima de la Comunidad Internacional que procura proteger la salud humana y la calidad del medio ambiente, frente a los efectos negativos de los desechos peligrosos. Se ocupa de la aplicación de controles estrictos desde el momento de la generación de un desecho peligroso hasta su almacenamiento, transporte, tratamiento, reutilización, reciclado, recuperación y eliminación final.
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Para la República Dominicana, por su condición insular, totalmente abierto al comercio internacional y como país parte, reviste una importancia capital, por los tantos casos letales y que han dejado secuelas sumamente impactantes sobre personas, ciudades, países y regiones del planeta, particularmente como la presencia letal del plomo, presentes en las baterías de automóviles y de uso cotidiano que se venden, transportan y hasta se desechan sin el debido cuidado.
Como su nombre lo indica, nació en la ciudad de Basilea (Suiza – 1989), para regular los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos. Hoy más de 170 países lo han firmado y adoptado, como la República Dominicana, quien actualmente muestra una gran debilidad, al permitir la exportación ilegal de cientos de toneladas de Baterías (ácido – plomo), en desconocimiento de nuestra norma ambiental e incluso, de una Sentencia del Tribunal Constitucional.
Es oportuno y casi obligatorio un llamado a la reflexión y a una alerta pública a la sociedad dominicana, que a diario y sin que advierta el peligro, observa inocentemente como se abandonan baterías y se vierten al ambiente y en particular, las cañadas, ciénegas y en cualquier solar yermo, volúmenes considerables de los ácidos y metales pesados que contienen.