Eleuterio Martínez 
Eleuterio Martínez
P. Profesor, hay quejas en Jarabacoa por la forma en que está incursionando el turismo, pues el ruido y el caos es de suma preocupación de jueves a domingo, ¿Cómo se podría abordar esta problemática?
R. Jarabacoa es una joya colgada al cuello de la cordillera Central y a nadie sorprende la fiebre del turismo de montaña que sufren sus laderas, valles intramontanos y cumbres de montañas puntiagudas, pues es imposible que sus encantos pasen desapercibidos ante los ojos de cualquier visitante que tenga la dicha de transitar su territorio.
Es decir, lo que está pasando en Jarabacoa, donde siempre hay primavera, es lo que tarde o temprano tendría que ocurrir, sin embargo, su problema no es el desorden y el ruido, porque esos son asuntos meramente policiales y de orden municipal, fácilmente controlables, pues para ello solo falta voluntad y sentido de responsabilidad por parte de las autoridades locales; la preocupación tiene que venir en otra dirección.
La construcción de carreteras, caminos, accesos, villas, zanjas, aceras, muros y construcciones de todo tipo, en zonas montañosas, deja huellas muy marcadas cuando se realizan sin el debido ordenamiento, estudio o medidas de previsión que resultan indispensable para un verdadero ordenamiento y gobernanza del turismo en tales ambientes.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales tiene una doble tarea que atender en Jarabacoa, la primera está relacionada con la Ley 202-04, que vela por la salvaguarda de la diversidad de áreas protegidas allí establecidas. Al mismo nivel se encuentra la Ley 64-00, que regula los estudios de impacto ambiental y todo permiso para construcciones en zonas cordilleranas. El llamado también alcanza al Ministerio de Turismo y en particular, al ayuntamiento local.
