Pregunta del lector: ¿Cuál es el riesgo de confesar una infidelidad?
Respuesta de la terapeuta: El primer riesgo asumido es la infidelidad en sí misma por las implicaciones emocionales que afectan a las tres personas involucradas.
Otros riesgos implicados son la pérdida como la confianza básica de la figura de apego que es la pareja, la lealtad esperada, el quebramiento del compromiso emocional y del carácter de exclusividad.
La infidelidad es vivida como una experiencia traumática que desestabiliza la integridad psicológica de la pareja que está expuesta. Los síntomas que se presentan son similares a los del trastorno de estrés postraumático.
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La intencionalidad de ocultar la infidelidad genera mucha confusión en la pareja que conoce la intimidad emocional y sexual de ambos. La persona se da cuenta de que algo sucede por los cambios que experimenta quien engaña y que repercuten en la relación.
Cuando esto ocurre se activa el sistema de alerta y la pareja tiende a buscar evidencia de lo que está sucediendo. Si, aunque pregunte, se le niega toda posibilidad de confirmación, se incrementan el malestar emocional y una serie de comportamientos de hipervigilancia para desenmascarar al infiel.
Quienes niegan la infidelidad por más evidente que sea, dejan en la pareja una duda permanente y la confianza se ve afectada.
Apelar a la sinceridad es un paso para restablecer la relación si la pareja infiel demuestra su verdadero arrepentimiento y se muestra coherente cuando pide perdón sin recurrir a conductas evasivas, culpabilizar al otro de su infidelidad o usar justificaciones pocos creíbles.
Hay que reconstruir la lealtad, aunque conlleve tiempo.