Pregunta del lector: ¿Padres sanos o tóxicos?
Respuesta de la terapeuta: Estas dos etiquetas se encuentran en posiciones polarizadas. Creo que es preferible establecer categorías que permitan identificar características distintivas entre los diferentes estilos parentales.
Referirnos a sano o no impide que los padres conozcan y comprendan lo que se quiere transmitir con el propósito de crear conciencia y estimular al cambio.
Quienes se identifiquen con el criterio de padres sanos se encontrarán en una posición favorable en comparación con los tóxicos quienes no observarán con claridad en qué consiste su categoría.
Creo en la psicoeducación, por lo que sería razonable especificar algunas características distintivas en los padres para que se sitúen y emprendan el cambio.
Según John Bowlby, los estilos de ejercer la parentalidad estarán condicionados por el tipo de apego: seguro, ansioso-ambivalente, desorganizado o evitativo.
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Estas caracterizaciones se observan en los comportamientos tipo negligente, autoritario, abandónico o de malos tratos físicos, psicológicos y sexuales, entre otros.
En la función de la parentalidad hay que considerar otros factores importantes como los patrones de crianza y la disciplina y el sistema de creencias asumidos, que influirán en los comportamientos y actitudes como por ejemplo, en la expresión afectiva.
Observar la parentalidad desde una óptica ecosistémica contribuirá a que comprenda cómo existen diferentes subistemas conformados por la cultura, la sociedad, las religiones, las políticas públicas y las instituciones, entre otras, que interactúan con la familia e influyen en el comportamiento, pensamiento y sentimientos de los padres.
Concienciar con claridad y aportar alternativas motiva a los padres a cambiar en beneficio de los hijos.