Consultorio Nutrición: Molondrón en la Alimentación Saludable

Consultorio Nutrición: Molondrón en la Alimentación Saludable

Jimmy Barranco Ventura

P: ¿Por qué el molondrón es parte esencial de una alimentación saludable?

R: El molondrón (Abelmoschus esculentus L.), también conocido como “dedo de dama”, es una verdura tropical rica en flavonoides (presentes en las semillas y la piel), cuya actividad antioxidante protege contra los radicales libres o especies químicas que dañan los tejidos y provocan diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares (Liao et al. 2012; Pharmacognosy Magazine 8).

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Esta verdura es rica en antocianina y quercetina, otros antioxidantes que reducen el riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y obesidad, y controlan la cantidad de grasa (colesterol y triglicéridos) en sangre (Fekadu H y col. Intern J Nutr Food Sci, 2015). Sus propiedades antidiabéticas se deben a que sus fibras modulan la digestión y absorción de los hidratos de carbono (carbohidratos) de la dieta; y además, mejoran la sensibilidad de los tejidos a la insulina (hormona del páncreas), favoreciendo la entrada de los azúcares a las células y su posterior metabolismo.

Sus fibras, también, controlan el estreñimiento, la diverticulosis y las hemorroides; y sus mucílagos reducen los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos en sangre. Sus semillas pueden ser tostadas y utilizadas como un sustituto del café descafeinado; y constituyen una fuente importante de aceite (20-40 %), rico en ácido linoleico (47,4%), un ácido graso esencial en la nutrición humana. En fin, el molondrón se considera como “la verdura perfecta de los pobres” por ser rico en fibra dietética y porque contiene una buena proporción de los aminoácidos lisina y triptófano, haciendo de ella una fuente de proteína de alto valor biológico, tan completa como la soya. Una taza de molondrones crudos contiene 88% de agua, 33 calorías, proteínas (1.9 g), carbohidratos (7.5 g), grasa (0.2 g), fibras (3.2 g), calcio (82 mg), fósforo (90 mg), hierro (1.0 mg), vitaminas A (716 U.I.), C (23 mg) y K (31,3 mg), ácido fólico (60 mcg) y otros nutrimentos (Franklin A. 2015, Coll. of Agricult. and Food Sci.). Entonces, ¿seguirás rechazando al molondrón? Basta ya, ¡déjate de caprichos!

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