P: ¿Por qué los alimentos procesados causan adicción?
R: El consumo de alimentos procesados en combinación con su fácil disponibilidad, precios bajos, mucha publicidad, su introducción a una edad temprana y el reforzamiento de sustancias adictivas podría enmarcarse como una epidemia de abuso de varias sustancias, que se manifiesta como una sobrealimentación crónica, con mayor riesgo de obesidad y síndrome metabólico.
Al igual que las drogas de abuso, los azúcares y las harinas son sustancias que se encuentran en la naturaleza en concentraciones mucho más pequeñas que en los alimentos procesados, y en combinación con fibra, agua, vitaminas y minerales. Su efecto adictivo ocurre luego de que son extraídas y concentradas mediante procesos industriales modernos.
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Así, la cocaína es extraída de las hojas de coca, el opio de las amapolas, la nicotina del tabaco seco y el etanol mediante la destilación de granos, frutas y papas. El riesgo de adicción es mayor si los alimentos procesados se consumen sin proteínas, grasas y fibra (moduladores de la absorción). La preferencia por los carbohidratos (y probablemente, por las grasas y la sal) está «programada» en los humanos, a fin de que las personas prefieran el consumo de alimentos seguros y nutritivos como las frutas.
Los alimentos naturales contienen pequeñas concentraciones de estas sustancias, y cantidades significativas de fibras, vitaminas y oligoelementos; mientras que las grandes concentraciones de estas sustancias en los alimentos procesados pueden alterar esta adaptación fisiológica y provocar su búsqueda y consumo de manera compulsiva.
Ejemplos: el azúcar y la cafeína de las bebidas gaseosas; las donas, que contienen harina, gluten, azúcar o jarabe de maíz alto en fructosa, sal, grasa y posiblemente cafeína del chocolate; y papas fritas con grasa, sal y posiblemente dextrosa.
Además, otros alimentos adictivos son los granos ricos en gluten, la leche cruda y las frutas ricas en azúcar; las grasas y los carbohidratos no procesados, como parte de una dieta baja en proteínas, frutas y/o verduras fibrosas; y los lácteos porque contienen casomorfina (Ifland J. Processed Food Addiction, 2018). ¡Evita las adicciones!