Diligencia en una empresa metalmecánica me llevó por Villa Juana y Villa Consuelo donde fui impactado por un impresionante despliegue de publicidad política utilizando la mayor variedad de letreros colocados en edificaciones, postes del tendido eléctrico, una que otra valla, etc., día 7 de junio, 18 días después de las elecciones presidenciales y congresuales.
Anteriormente la Junta Central Electoral tenía la facultad para «obligar» a los partidos políticos a eliminar dicha propaganda una vez concluido un proceso electoral; desde que las alcaldías son las responsables, por lo menos en la Capital y en la Autopista Duarte, eso es letra muerta.
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Entendiendo que «la asignación que les hicimos» los ciudadanos a los partidos no fue utilizada en su totalidad y que aún prima en ellos un deseo genuino de «servir al pueblo», les hago un llamado para que utilicen parte del excedente para descontaminar visualmente las ciudades, pueblos y carreteras, para bien de todos.
Esto no debe asumirlo ni el Gobierno ni las alcaldías pues entonces los ciudadanos seríamos castigados doblemente, con la “asignación” que ellos mismos nos impusieron y con esto para hacerles la vida más cómoda. No podemos seguir siendo nalgas para el fuete.
Los ciudadanos tenemos que empoderarnos para lograr un mejor estado de convivencia, pero los políticos deben arrimar los hombros para construir el país que necesitamos.