El hombre armado que mató a tiros a cinco vecinos hondureños en Texas seguía prófugo el lunes, y mientras la búsqueda se prolongaba por tercer día con falsas alarmas y pocas pistas, el gobernador republicano Greg Abbott enfrentaba una avalancha de críticas por llamar la atención sobre el estatus migratorio de las víctimas.
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Un agente del FBI en el lugar de los hechos en la localidad rural de Cleveland, cerca de Houston, reconoció que tienen pocas pistas en la búsqueda de Francisco Oropeza, de 38 años de edad, quien ha sido deportado cuatro veces desde 2009 y que los vecinos dicen que vivió en su calle durante años antes del tiroteo del viernes por la noche.
El departamento de policía de un condado vecino advirtió en dos ocasiones a los residentes sobre posibles avistamientos el lunes, pero en ninguna de las dos instancias se trató de Oropeza. Abbott ofreció una recompensa de 50,000 dólares el fin de semana por cualquier información que condujera a Oropeza.