Llegados como novedad y libres de costos, los servicios médicos con inclusión de medicamentos del buque-hospital estadounidense Confort despertaron sumo interés a nivel popular, lo cual es muy propio de países donde las respuestas del Estado a los problemas de salud colectiva son de preocupante insuficiencia. Indicación de que un sector importante de la población carece de acceso regular idóneo a los centros hospitalarios ordinarios, la más de las veces congestionados y en precaria disponibilidad de personal e insumos. El espectáculo de mucha gente de la marginalidad en busca de una asistencia colocada de repente a su disposición expone un déficit de vigencia en el derecho a la salud que corresponde a cada ser humano.
El sistema de Seguridad Social, con prestadoras exitosas en proteger su rentabilidad, acrecentar capitales y mejorar sus sedes, tienen todavía un trecho por recorrer en contribución a la universalidad de cobertura sobre la salud y calidad de vida de ciudadanos. Después de hacerse mucha propaganda, complicarse al remodelar centros con efectos colaterales y extender afiliaciones a través de Senasa, el Estado no cumple aun con dirigir recursos a la salubridad que se correspondan con la pobreza de más de un tercio de la población tras el error histórico de no llevar cabalmente a muchas partes del país la red de atención primaria, contra la que suelen moverse con éxito intereses particulares.
Lección para seguir adelante
Si el Buró Federal de Investigaciones, FBI, lo que hizo fue confirmar lo que ya se había establecido aquí por medios propios de que las causas de muertes de varios turistas norteamericanos meses atrás fueron naturales, el país reafirma automáticamente su confiabilidad para visitantes. Las dudas que abrieron espacio para afectar la imagen de este destino, deben ser acicates para para reaccionar más ágilmente tras episodios similares. Lección asimilable, pues la tendencia al crecimiento de la actividad turística aumenta la exposición a eventualidades en materia de salud que valen para todas partes del mundo y no merecen una dañina trascendencia. Todo es cuestión de tener la casa en orden y controlar riesgos con aplicación de protocolos de seguridad. Que no falten recursos científicos en ámbitos vacacionales para esclarecer al momento cada hecho.