Recorrido histórico, genealógico y prosopográfico (13 de 15)
XI. Tomás Ramírez, el héroe de Palo Hincado.
Es imposible bucear entre los pasajes de nuestra historia colonial sin reparar en la figura de Tomás Ramírez y Carvajal. Nació en Santo Domingo el 20 de diciembre de 1771, hijo de José Ramírez del Tosso y doña Juana Carvajal y Galves. Recibió el sacramento del bautismo el 4 de enero de 1772, de manos de Nicolás Antonio Valenzuela, cura de la catedral (AHASD. Catedral… Bautismos. L. 13 fol. 162).
Fue abogado, regidor decano del cabildo y para el año de 1808, en plena era de Francia, militaba en la guardia nacional como capitán de caballería española, sin saber, probablemente, que la etapa de ese sistema ajeno e “invasor” casi tocaba a su fin.
La sublevación popular que se desató en España ante la ocupación de las huestes napoleónicas y la instalación en el gobierno de José Bonaparte contribuyeron a que los acontecimientos en la parte oriental de la isla se precipitaran.
Ante la sucesión de proclamas cívicas que apelaban ora al status quo y la fidelidad al régimen de turno (Ferrand), ora a la insurrección al amparo del pabellón español (Sánchez Ramírez), ambos ejércitos –galo y criollo- resolvieron medir fuerzas en una batalla decisiva.
Los bandos en liza se encontraron en la sabana de Palo Hincado, El Seibo, el 7 de noviembre de 1808 y en vanguardia de las milicias del gobernador y general Jean Louis Ferrand iba Ramírez, de coronel, al mando de 200 jinetes criollos.
Las tropas de Ramírez mudaron rápidamente de bando y fueron las que decidieron el curso del combate.
A la vuelta de cuatro meses, es decir el 11 de marzo de 1809, con las tropas de Ciriaco Ramírez acosando la plaza de Santo Domingo, se convino los franceses un canje de prisioneros en el que estuvieron incluidos la esposa y los hijos de Tomas Ramírez. (Ver SÁNCHEZ RAMÍREZ, Juan. Diario de la Reconquista. Editora Montalvo. Ciudad Trujillo, 1957, p. 183)
Luego de la victoria de las armas “criollas” la suerte de la guerra de Reconquista quedó prácticamente sellada y la maltrecha colonia pronto volvió al redil de la madre patria.
En ese ambiente casi imperturbable – conocido como la España Boba- que se produce luego de 1810, don Tomás sirvió como secretario de Juan Sánchez Ramírez y fue nombrado fiscal del juzgado de artillería (1812) y capitán de caballería (1815).
Había fijado su residencia en la calle de los Mártires (actual calle Duarte) y era “bien parecido, de elevada estatura, de carnes bien proporcionadas y sin pelo de barba.” (PENSON. Ob. cit., p. 222).
Maridó con Bárbara Antonia Aybar y Sánchez Prieto, hija del capitán, alcalde, delegado en la Junta de Bondillo y caballero de la Real Orden de Isabel la Católica, Silvestre Aybar Gómez Tirado y de su esposa Teresa Sánchez-Prieto González. Fue padre de María Teresa, María Altagracia (LARRAZÁBAL. Ob. cit. T. VII. Santo Domingo, 1979. P. 26) y José Santiago Ramírez Aybar (ANOM. Estado Civil – Nacimientos L. 12 fol. 8 ro)
Instituto Dominicano de Genealogía