La desigualdad social en nuestro país, donde las 100 mil personas más ricas reciben mayores ingresos económicos que los 8 millones de dominicanos más pobres, es una situación altamente preocupante y debe mover al Estado y a las clases pudientes a una profunda reflexión sobre la necesidad de trabajar en procura de que haya una mayor equidad en la distribución de las riquezas como garantía de la paz social que necesitamos en los presentes tiempos de crisis global profundizada por la pandemia del covid-19 y la guerra Rusia-Ucrania.
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De acuerdo con la experimentada economista Rosa Cañete, directora de Análisis de Pobreza, Desigualdad y Cultura Democrática del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, el crecimiento económico del país es uno de los más atípicos de la Región porque no obstante mantenerse por encima del 5 por ciento en los últimos 20 años, persiste un alto nivel de desigualdad que no se corresponde con esa bonanza y propicia la violencia y la criminalidad. Aunque reconoció que en los dos años del actual gobierno se han hecho 20 aumentos de salarios mínimos, no son suficientes por lo bajo de la base salarial. Esperamos que el presidente Luis Abinader y los sectores económicos poderosos del país tomen en cuenta estos planteamientos profesionales.