Pregunta de la lectora: He escuchado en distintos programas que transmiten los medios de comunicación y en las charlas dictadas por psicólogos a las que he asistido, sobre la importancia de la comunicación de la pareja como prevención de conflictos. ¿Cree usted que los problemas se resolverían con una adecuada comunicación? ¿Existen otras situaciones que pueden incidir en los problemas de parejas?
Respuesta de la terapeuta: En cierta medida sí. Expresar y transmitir un sentimiento, una idea o una emoción requiere de inteligencia emocional, tanto del que emite el mensaje como de quien lo recibe.
Un diálogo abierto, claro, espontáneo y sin tensiones, puede darse con fluidez sin que las personas se sientan amenazadas y atacadas, por lo que no recurren inconscientemente a distorsionar lo que se le intenta decir.
En un diálogo se corre el riesgo de que el interlocutor interprete a su modo de acuerdo a sus creencias y experiencias de vida.
Un buen diálogo se produce en un marco de respeto, atención y reciprocidad. Es un intercambio mutuo de informaciones.
Existen distractores de la comunicación que impiden que este ocurra con la espontaneidad requerida, estos son: interrumpirse continuamente, sin esperar que el otro haya terminado; no dejar que el otro hable, por lo que se genera una especie de monólogo; el otro se resiste a contestar; Responder entre dientes sin hacerse a escuchar, y cambiar de temas sin contestar a lo esperado.
Uno de los bloqueadores de comunicación que deja al otro desconcertado, es cuando, una vez iniciado el diálogo, el otro se levanta y se va, sin decir nada; ignora y deja la mala sensación de que “no se me toma en cuenta”, ”no le importo”.
Estos interruptores son bloqueadores de la comunicación. El final puede ser desastroso porque no se llega a ningún punto. No hay posibilidad de entendimiento y de una conversación en un plano de igualdad de condiciones.
Comunicar es un arte. Hay que despojarse de prejuicios y temas contaminantes que filtren el diálogo.
Las parejas, los padres e hijos, maestros, políticos y amistades desarrollan estilos de comunicación que pueden estar sujetos a patrones de asimetrías, la autoridad impone, no dialoga. Si son relaciones democráticas la comunicación es más horizontal, abierta y de confianza.
Recomiendo a las personas que traten de escucharse y verse a sí mismas activas en la comunicación y que se observen cómo se comunican incluyendo el tono de voz y los gestos.