El trabajo del historiador es identificar y analizar las causas de los hechos históricos para extraer la principal y aprender de la experiencia.
Entre historiadores económicos existe consenso de que en las crisis financieras ha estado presente alguna de estas tres causas desde 1929: endeudamiento excesivo, inversión concentrada y desequilibrio entre activos y pasivos.
Como sucedió con Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008, iniciando la peor crisis financiera de la historia de EE.UU., cerraron 465 bancos, superando la Gran Depresión de 1929.
Ahora, cuando las variables monetarias están en niveles históricamente altas, me refiero a tasas de inflación, tipos de interés, créditos y emisión monetaria, de repente surge que por mala gestión quiebran Silicon Valley Bank y Signature Bank, siendo causa de causas la concentración excesiva de inversiones en bonos, donde hoy se consigue menos retornos por igual nivel de riesgo que antes, con caída de la liquidez del mercado por retirada de inversores del negocio. También inversiones en acciones, el precio, que se espera iguale el valor presente de beneficios futuros, se desploma con los aumentos de tipos de interés.
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Para evaluar la compleja situación bancaria y financiera internacional que se ha presentado, la Junta Monetaria celebro una sesión extraordinaria el pasado 14 de marzo de 2023, llegando a las siguientes conclusiones. Por un lado, nuestro sistema financiero no tiene interacción directa con las entidades quebradas en Estados Unidos, no hay efecto contagio, un mensaje que tranquilizo a consumidores e inversionistas, porque donde existe riesgo de contagio, se genera pérdida de confianza y reducción masiva de clientes en los mercados. Y, por otro lado, tenemos un sistema financiero sano, con muy buenos indicadores de liquidez, rentabilidad, morosidad a la baja y solvencia regulatoria, cerro en 15.3% en diciembre de 2022, por encima al 10% requerido por Ley Monetaria y Financiera. Las Reservas Internacionales del Banco Central ascendentes a US$15,696.8 millones, no están expuestas a entidades afectadas, están invertidas en instituciones financieras de primera línea y alta calidad.
Todas estas cifras financieras y las del sector real tomadas en conjunto, como lo sostiene el comunicando de la Junta Monetaria, implican que la economía está en condiciones de absorber choques externos inesperados, manteniendo estable el mercado financiero y de pagos.
Termino esta nota afirmando que por los siguientes motivos la sesión de la Junta Monetaria fue oportuna y necesaria. Uno, estamos en la puerta de crisis bancaria y financiera crecientemente global que, si no se detiene, ralentizara financiamiento, crecimiento del PIB y aumentara el desempleo en toda parte. Dos, la crisis termina solo cuando los bancos liberen de sus balances la enorme inversión en bonos de largo plazo, acumulada cuando los tipos de interés eran bajos, lo que ahora implicara grandes pérdidas.
Tres, coincidió con la llegada a Europa del contagio de bancos quebrados en Estados Unidos, la semana pasada el valor de las acciones del Credit Suisse tuvo caída de 24.2%, provocando perdida en capitalización bursátil que superan los 50,000 millones de euros en los 10 principales bancos europeos, y números rojos en mercados de América Latina.
Y cuatro, con la evaluación de Moodys empeorando la perspectiva de solvencia del sector financiero en su conjunto de Estados Unidos, y poniendo bajo vigilancia a media docena de entidades de ese país.