Crónica periodística inicia amistad entre feministas peruana y dominicana

Crónica periodística inicia amistad entre feministas peruana y dominicana

Elvira Lora

Cuando en el activismo por los derechos de las niñas y mujeres incaico se retoman las acciones de la maestra normal y feminista Elvira García García se sitúan los advenimientos de los derechos civiles, sobre todo, el referente a la educación; puesto que es ella la iniciadora de la expansión educativa popular e igualitaria, y además…

Asume con ímpetu el periodismo como estrategia emancipadora que le permite “narrar al mundo” los avances del feminismo en el Perú de la década de 1920, convirtiéndolo en una manera de participar -a distancia, hoy diríamos que en la ubicuidad virtual- de las gestas por la ciudadanía en Iberoamérica. Su esperanza era que así como ella enviaba vía canje sus artículos, crónicas y noticias, recibiera en agradecimiento las escrituras informativas de maestras que por igual asumieron la loable misión de las “narrativas de la emancipación”.

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Es así como conoce e intercambia ampliamente con la directora y creadora de la revista Fémina (1922-1939), Petronila Angélica Gómez Brea, y en este registro para la historia de ellas» (Wallach Scott, 2008) aparecen dos publicaciones máximas… La primera, data del 30 de abril de 1924, una amplia “crónica” en la cual se relata la juramentación de Miguelina Acosta Cárdenas como la primera abogada litigante de Perú.

En “El feminismo en acción” además se precisa el rol pionero que asume con responsabilidad la abogada Acosta Cárdenas, lo cual es coincidente con el feminismo por el cual aboga la maestra normal y periodista peruana: “No se alimenta de reclamos, ni se reviste de oropeles, sino que se fundamenta en la forma intensiva de la cultura que ha de provocar la eclosión de ideas sanas y fuertes”.

García García reflexiona y presenta a sus lectoras mundiales la agencia que permite a Miguelina Acosta Cárdenas ser pionera en los tribunales: “la instrucción integral para las mujeres”. Es así que escribe: “Imaginemos que con la educación versátil que adquirimos en nuestros colegios vayamos a salir preparadas para hacer frente a la lucha por la vida. Siempre hemos creído que el triunfo de la mujer no será otro que el de la preparación de su espíritu, enriqueciéndose de saber”.

Nuestra Petronila Angélica Gómez Brea respondería esta importante información también en la edición número 42 del segundo año de circulación de la revista, con el artículo “Del feminismo”, siendo visionarias sus palabras: “Para que los pueblos progresen; para que las ciudades mejoren y se ensanchen los límites de la inteligencia, es necesario que la mujer por sus propios pasos, rompiendo los antiguos moldes de tradicionales extienda el manto de la cultura hasta envolver el conglomerado social”.

Al valorar el alcance de Perú, que tenía a su primera abogada litigante, Gómez Brea augura el progreso y aprovecha para reflexionar sobre la importancia de la mujer en los puestos de mando gubernamentales: “Incuestionablemente, los pueblos en donde la mujer se abre paso, fomentando su cultura y encaminando sus empeños en demostrar al mundo hasta dónde llegan sus aptitudes, son pueblos que indefectiblemente tienen que mejorar, pues la civilización florece en ellos sus prodigios, operándose en consecuencia esa provechosa transformación hija de la influencia de la mujer, y que puede dejar sentir sus saludables efectos hasta en el seno de los gobiernos”.

La amistad periodística entre la dominicana Petronila y la peruana Elvira se extendería hasta el fallecimiento de la educadora lambayecana, en octubre de 1951. En las memorias de la fundadora de Fémina hay importantes capítulos de las ideas que compartían ambas referentes a la instrucción de las mujeres para alcanzar la ciudadanía; pero todo comenzó con esta crónica centenaria.