Esa pregunta fue lo primero que vino a mi mente cuando leí en un periódico que continuará la batida contra los motoristas por parte de la Digesett, que en los últimos cuatro operativos realizados dice haber multado a 2,932 y retenido 590 motocicletas por distintas infracciones a la Ley de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial.
Y si me hice la pregunta fue porque, como todos sabemos por amarga experiencia, nuestras autoridades se cansan demasiado pronto de hacer cumplir la ley en el caso del tránsito y los motoristas, como vimos con la fiscalización que se realizaba en las salidas de túneles y elevados, por donde tienen prohibido transitar, pues un buen día los agentes de la Digesett desaparecieron y nadie ofreció una explicación. Tal vez por eso en esta ocasión el vocero de la institución declaró que los operativos continuarán “por tiempo indefinido” en todo el territorio nacional, aunque concentrados en el Gran Santo Domingo.
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Estoy seguro que tanto usted como yo, apreciado lector, hubiéramos preferido que dijera que se mantendrán de manera permanente, las 24 horas del día los siete días de la semana, ya que la ley tiene carácter permanente al igual que la vocación de los motoristas de violarla de todas las formas posibles.
Sigue siendo un misterio porqué algo tan simple resulta tan difícil de entender y poner en práctica por nuestras autoridades, aferradas a la cultura del operativo, de la intervención, del remiendo y el parche, pues problemas tan complicados como el caos del tránsito no se resuelven con paliativos ocasionales sino aplicando la ley con firmeza, lo que ha faltado con los motoristas.
Que por habérsele permitido, durante tanto tiempo, hacer lo que les de la gana, no resultará tan fácil obligarlos a cambiar el “chip” para que respeten la ley o se atienen a las consecuencias. Y eso solo va a pasar si la autoridad, en modo vigilancia permanente, se lo recuerda todos los días y cada vez que los sorprenda violándola.