Cuando la realidad nos da en la cara…

Cuando la realidad nos da en la cara…

Pedro René Almonte Mejía. Instagram y twitter: @pralmonte

En ocasiones tendemos a confundir la realidad, con lo que en nuestra mente queremos que sea al menos nuestra realidad. Nuestro cerebro es tan potente que muchas veces la gente ve cosas que no existen; pero la dan por un hecho cierto, porque simplemente en su cerebro se confeccionó una realidad aunque no sea real.

Jacques Lacan, famoso psicoanalista francés del siglo XX, distinguía lo real de la realidad: entendía lo real como el conjunto de las cosas, independientemente de que las personas sean capaces de percibirlas; y la realidad, la definía como las cosas tal como las percibimos. Determinar lo que es real y lo que no debe ser motivo de análisis, de hecho el asunto es tan complejo que hasta la fantasía podría convertirse en realidad, si existen personas con la capacidad de recrear dicha fantasía y convertirla en su realidad.

La realidad nos sorprende cuando nuestra mente se encuentra en un entorno diferente al del cuerpo, una vez la tenemos de frente. A mí entender hay dos formas de afrontarla: 1. Nos hacemos los “locos” y permitimos que  pase por encima de nosotros. 2. Asumimos la realidad y la afrontamos con carácter y gallardía. De esta manera asume el Presidente del PLD, la nueva ley de partidos políticos, pendiente de promulgar por el Ejecutivo. Ahora dice que las primarias abiertas le podrían convenir más que las cerradas, cito: “Yo no le tengo miedo al pueblo dominicano; me ha dado el triunfo en tres ocasiones. ¿Por qué no me lo va a dar ahora?” Yo también pienso que sí, que le conviene más las primarias abiertas y que ese pueblo que lo extraña y que recuerda sus gobiernos, le dará un voto de aprobación de manera contundente. Hipólito le diría distinto, algo así como que: “Ya la pava no pone donde ponía”. Y Yo siempre con ese espíritu de perro sabueso, me pregunto: ¿Por qué sus diputados se opusieron hasta el final a la ley de Partidos si a su líder le convenía? Nunca entendí por qué negarse a una ley que convenía a todos. ¿Acaso no era mejor subirse a la ola y evitar quedar como los pocos del No?

Ya tenemos ley… ¿Y ahora?

La ley de Partidos ya está a “tiro de hit”, una firma en el palacio, y ya tendremos ley. Algo con lo que todos debemos estar conforme, porque  ya tendremos reglas claras. Ya se sabe claramente las atribuciones de los partidos de cara a la sociedad. Aunque vuelvo yo, dominicano al fin a ponerme chivo… pero con ley. Ya tenemos ley de partidos pero… tenemos ley de tránsito y los dominicanos se van en rojo, hablan por el celular manejando, no se ponen el cinturón, no pagan las multas. ¿Y entonces? Vivimos en el país de las leyes incumplidas. ¿Quién se atreve a asegurar que los partidos permitirán que los afiliados fiscalicen las actividades que los directivos realicen con los fondos que reciben? La ley prohíbe la doble militancia en los partidos; ¿se acabará el transfuguismo? ¿Realmente serán formados en política los ciudadanos con profunda vocación de servicio al país? ¿Se respetaran los topes de gastos en precampaña; los famosos 70, 60 y 50 pesos que se pueden gastar por elector inscrito en el registro electoral para las elecciones presidenciales, congresuales y municipales, respectivamente?  Voy más lejos, ¿cómo se podrán controlar las contribuciones individuales, que hasta con un porcentaje están establecidas? ¿O sea que las fundas negras llenas de billetes se terminaron, y las neveras que mandaban de regalo que no llegaban precisamente llenas de alimentos ya no van? También quedan prohibidos en periodo de precampaña o campaña interna, la típica pintura en las calles, los afiches, vallas, cruza calles; yo quiero saber cómo van a controlar eso en Blanco de Bonao.  Lo que si estoy seguro que se va a cumplir es la extinción de los partidos políticos que saquen menos del 1% de los votos de manera recurrente, ya que la junta no les pasará los “chelitos”… Ahora entiendo porque los chiquitos tampoco querían ley; y las primarias abiertas en el PLD no las despinta nadie; bueno sí,  un milagro del Señor solamente. ¡Ahhh!  No se me podían quedar las cuotas. Yo espero que en el caso de los jóvenes (10%)  no la usen para favorecer a los hijos de los “Jorocones”, en lugar de los jóvenes valiosísimos que trabajan incansablemente en sus barrios; y en el caso de las mujeres (40%) no sea usada para favorecer a la primera, segunda y  tercera base de los mismos “Jorocones”.

Jorocon: Persona que respira como tú, habla como tú, pero vive en el Olimpo y desde allí mueve sus fichas.