Cuba desarrolla su propia vacuna contra COVID-19; dice funciona y ya hay países interesados

Cuba desarrolla su propia vacuna contra COVID-19; dice funciona y ya hay países interesados

Una mujer que usa una máscara para frenar la propagación del nuevo coronavirus mira su teléfono móvil mientras viaja en un carrito de bicicleta en La Habana, Cuba, el miércoles 23 de diciembre de 2020. Cuba producirá 100 millones de dosis de su vacuna contra el nuevo coronavirus Soberana 02 (AP Foto/Ramón Espinosa)

LA HABANA. Cuba producirá 100 millones de dosis de su vacuna contra el nuevo coronavirus Soberana 02 este año a fin de satisfacer su propia demanda y las de otros países, informó un destacado científico el miércoles.

“Estamos reorganizando nuestras capacidades productivas porque realmente tenemos mucha demanda de la vacuna y tenemos que prepararnos”, dijo a un grupo de periodistas el director del Instituto Finlay, Vicente Vérez, en una conferencia en la cual se ofreció un recorrido por el laboratorio adonde se fabrica la sustancia contra el COVID-19.

El Instituto Finaly creó Soberana 02 y Soberana 01, ésta última está en una fase de investigación menos avanzada. Otros centros biotecnológicos de la isla trabajan en dos candidatos vacunales más llamados Abdalá y Mambisa.

Las 100 millones de dosis previstas serían solo de la Soberana 02 y ya hay países interesados en adquirirla, como Vietnam, Irán y Venezuela, entre otros y con los cuales la isla cuenta con convenios de colaboración, incluidos Pakistán y la India, manifestó Vérez.

Esta semana comenzó la segunda parte de un ensayo Fase II de este producto con 900 pacientes –que se sumaron a un centenar de la primera etapa– en un policlínico de la capital, constató The Associated Press la víspera.

Los voluntarios –un grupo de ellos recibió un placebo como parte del estudio, aunque una vez que termine se los inmunizará con la vacuna real– dijeron no haber reportado molestias. Incluso algunos vecinos del policlínico se acercaban para ofrecerse como parte del ensayo. Luego de inyectadas las personas –en un rango de entre 19 y 80 años– esperaban en el mismo policlínico antes de regresar a sus hogares y se les realizaba un seguimiento a las 24, 48 y 72 horas.

Vérez destacó que el antígeno es seguro tras señalar que no contiene el virus vivo sino partes del mismo, por lo que —según el experto— su colocación genera inmunidad pero no ocasiona reacciones mayores y, por ende, tampoco necesita de refrigeración extra, como otros candidatos del mundo.

Mientras, los investigadores del Finlay trabajan con países como Italia y Canadá en verificar el impacto de estas vacunas –sobre todo Soberana 01– en las personas que ya tuvieron COVID-19 y son convalecientes pero están en riesgo de una reinfección.

Igualmente, se evalúa la eficacia ante el impacto ante las nuevas mutaciones como la descrita en Gran Bretaña, Japón o California. Para las próximas semanas se extenderá la vacunación a 150.000 personas en la isla, confirmó Vérez, de camino a la inmunización masiva y se realizará en febrero una prueba para proteger con la Soberana 02 a los niños, indicó.

Tras varios meses de mantener bajo control la pandemia, Cuba sufrió un rebrote este inicio de año, luego de la apertura de sus aeropuertos y a pesar de contar con un protocolo sanitario preventivo. Desde marzo a la fecha se acumularon en la isla 19.122 contagios y 180 fallecidos.

El científico no ofreció detalles del precio que la vacuna tendrá para su venta a otros países. En Cuba su colocación es gratuita y voluntaria. Pese a ser un país pequeño, Cuba tiene un desarrollado polo científico que produce casi todas las vacunas que necesita y medicamentos de punta.

“La estrategia de Cuba de comercializar la vacuna tiene una combinación de humanidad y de impacto en salud y la necesidad que tiene nuestro sistema de sostener (financieramente) la producción de vacuna y medicamentos para el país”, expresó Vérez. “Nosotros no somos una multinacional donde el retorno (financiero) es la razón número uno”, agregó. “Funcionamos al revés, crear más salud y el retorno es una consecuencia, nunca va a ser la prioridad”.