El pasado 23 de abril circuló en varios medios internacionales y en las redes sociales la noticia que decía que el 16 de mayo el cielo tendría su propia “carita feliz” formada por la Luna, Júpiter y Venus. Me encontraba fuera de la ciudad pasando parte de la cuarentena y después de cenar salí a mirar el cielo.
Mi esposo me ve mirando para arriba y me pregunta que buscaba y le respondí: “una carita feliz” que formará la Luna, Júpiter y Venus. No había tal carita feliz, Venus estaba solo y la luna, que era nueva, no se veía.
La información que salió publicada en varios diarios de España fue difundida por primera vez en BBC Radio Tes, sin verificar, según encontramos en Google esa misma noche, que por demás nos reveló que era una noticia falsa.
La noticia en cuestión decía que ese espectáculo volvería a verse para el 2065. Es posible que no solo yo mirara el cielo esa noche para disfrutar de la “carita feliz” cuya sonrisa la formaría la Luna Nueva.
Lo narrado es para medir el alcance de las noticias falsas, las cuales han existido siempre. Se dice que Nerón quemó a Roma para acusar a los cristianos y justificar así la persecución contra ellos.
En la época del descubrimiento de América se escribieron noticas fantásticas como la leyenda del Dorado, la Ciudad de los Césares, que fueron difundidas para atraer a personas para que se involucraran en la aventura de Cruzar el Atlántico y venir a las tierras del oro.
El origen de las noticias falsas tuvo fines políticos como la propaganda nazi, que incorporó la técnica de la comunicación de masas más avanzadas de la época, la radio, con la que logró la consolidación Hitler. Los judíos fueron las victimas al difundir infundios contra ellos y justificar todas las tropelías y los crímenes horrendos del siglo XX.
En este siglo XXI hemos llegado al clímax de las noticias falsas, las cuales son objetos de estudio y, como alega Claire Wardle, especialista en comunicación y periodismo, “es un ecosistema completo de información”, que debe ser estudiado”
En el presente siglo, donde más de la mitad de la población mundial esta conectada, las posibilidades de circulación de las noticias falsas son inmensas. En el 2008, un estudio demostró que la administración Bush impulsó a su país a la guerra de Irak, sobre la base de información errónea que propagó metódicamente.
En el 2017, las noticias falsas (Fake New) fue la palabra del año. Muy usada por el presidente Trump, para descalificar a la prensa que le es hostil en su país.
Siempre se ha dicho que la principal víctima de las guerras es la verdad; estamos en medio de una guerra, los procesos electorales es la forma de guerra en la democracia. Las guerras siempre se libraron por alcanzar el poder político, las elecciones son una especie de guerra dentro de la paz con el mismo fin y, las noticias falsas, vienen desde todos los campos, sin que nadie pueda descubrir el autor, cubierto en su “ecosistema”, elaborando y calculando por donde y como circular el proyectil para “acabar” con el enemigo.