De la enseñanza en Geriatría en República Dominicana

De la enseñanza en Geriatría en República Dominicana

Dra. Alexandra Castillo

Por: Dra. Alexandra Castillo
El aumento de la esperanza de vida y la disminución de la natalidad ha provocado que la población de la tercera edad vaya en crecimiento paulatino pero firme y en ascenso cada día, donde según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe “Observatorio Demográfico” del 2019, proyectaba que para el 2040 la población mayor de 60 años superaría a la de menores de 15 años.

En República Dominicana, según la Oficina Nacional de Estadística (ONE), en el 2019, existían aproximadamente 1,058,000 adultos mayores y se proyectaba que se elevaría un 20% al 2050 y ya para el 2100, habrá más envejecientes que niños menores de 5 años.

En ese sentido cabe preguntar, ante este cambio demográfico ¿contamos con una planificación para responder oportunamente a las necesidades de este cambio? ¿Estamos preparados para asumir el cuidado y seguimiento sanitario a este grupo etario? ¿Hay personal suficiente capacitado para tratar las enfermedades acompañantes que se deriven de allí? Para dicha preparación en esta área, la educación de la clase médica en todos sus niveles es primordial.

En el libro “Prácticas de Geriatría” del Dr. Gustavo Medina, se especifica que en la actualidad, los esfuerzos que se lleven a cabo para iniciar, en algunos casos, y mejorar, en otros, la enseñanza de la geriatría y gerontología como especialidad médica deben basarse en las características de la transición demográfica que se presente en el país y la calidad en la respuesta que se planea brindar a este heterogéneo grupo. También recomienda que es importante que todos los prestadores de servicios cuenten con conocimientos gerontológicos y geriátricos básicos, así como con competencias más generales necesarias para trabajar en sistemas de atención integrada, que incluyan buena capacidad de comunicación, trabajo en equipo y manejo de las TIC y otras tecnologías.

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En los países desarrollados, la práctica geriátrica, con su sistema exhaustivo de cuidados a los pacientes más viejos, se está convirtiendo en una poderosa estrategia para los sistemas sanitarios que enfrentan el reto del envejecimiento humano. La estrategia actual y futura para enfrentar el reto del envejecimiento aparte de formar geriatras, debe ser también la de dotar a las demás especialidades médicas de los atributos y enfoques de la geriatría con una actitud coherente ante la persona de edad avanzada y que el “enfoque geriátrico” se generalice y desarrolle en los servicios, en la docencia y en la investigación. Este proceso, denominado “geriatrización” de los servicios (descrito por Dr. Carlos Rasseto en Argentina) permite, a la vez que se vaya ganando tiempo a la carrera del envejecimiento demográfico, adecuar los recursos materiales y humanos a las necesidades del envejecimiento, lo que resulta más económico en comparación con la formación de nuevos recursos, que consumen tiempo y dinero.

Como bien lo señala el Informe Mundial sobre el Envejecimiento y la Salud, entre las medidas clave que podrían adoptarse (para dar respuesta al inminente cambio demográfico) se cuentan las siguientes: proporcionar capacitación básica sobre temas geriátricos y gerontológicos en la formación pre grado y en los cursos de educación permanente de todos los profesionales de la salud; incluir competencias geriátricas básicas en todos los planes de estudios de la salud; asegurar que el número de geriatras satisfaga las necesidades de la población y alentar la creación de unidades geriátricas para tratar casos complejos; considerar la necesidad de incorporar nuevos funcionarios (como coordinadores de atención de la salud y orientadores de autocuidado) y de ampliar las funciones del personal existente, incluidos los promotores comunitarios de salud, para coordinar la atención de la salud de las personas mayores en el
ámbito comunitario.

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Este es un tema que a nivel mundial está repercutiendo directamente en los sistemas educativos y de salud, en nuestro país lastimosamente, la formación en temas geriátricos es bien limitada, de alrededor de 11 escuelas de medicina, solo 3 tienen incluido en su pensum la materia de geriatría, la mayor escuela de ellas y la casa de estudios del Estado, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), es de las escuelas donde no se imparte la materia de geriatría, por lo que la mayoría de los médicos formados no cuenta con entrenamiento en el área; esto conlleva a que éstos médicos que, de la universidad egresan hacia una pasantía médica, donde se ven responsables de la salud en una comunidad, se enfrenten a manifestaciones, que en una parte pueden ser procesos normales de la edad y recomiendan medicación, en ese caso, innecesaria, contribuyendo a fomentar la polifarmacia, situación que perjudica gravemente al envejeciente o, por otra parte, evadir manifestaciones atípicas que se presentan en estos pacientes en muchas patologías, inclusive graves, y dar al traste con la vida de este. Cabe mencionar que en ambos
escenarios hay un coste elevado para el estado que debe cubrir la ocurrencia de las complicaciones que se derivan del desconocimiento de la evaluación geriátrica.

En el mismo tenor, las áreas afines a la geriatría como odontogeriatra, enfermera con entrenamiento especializado en envejecientes, etc, no se cuenta en el país.

Los temas de geriatría en República Dominicana tiene varias aristas, en este caso se trata la problemática del sistema de formación en geriatría en el país, que debería trabajarse en conjunto los diferentes sectores involucrados, de manera integradora el Estado, el Ministerio de Salud Pública, CONAPE, el Ministerio de Educación Superior, las diferentes universidades del país, la Sociedad Dominicana de Geriatría, el Colegio de Enfermeras, los consejos de enseñanza de las escuelas de geriatría, etc.

Con las condiciones del cambio demográfico que vivimos, nuestro país realmente está retrasado en materia de prever con la formación en el área geriátrica y en el desarrollo de personal capacitado para cubrir las necesidades de este grupo etario; logrando ahora la inclusión e integración de todas estas especialidades y estudios técnicos en el área de geriatría, se puede conseguir la adecuación a estos tiempos con una visión del futuro cercano, que de respuestas al cuidado de los envejecientes y promueva el envejecimiento satisfactorio.

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