De los mangos bajitos a la Tebaida Lírica. Con este artículo se inician las experiencias, enseñanzas, historias y leyendas urbanas que pudieran generar mi primer libro. En 14 meses, pretendemos editar un abecedario de buena planificación estratégica territorial. Aportaremos un epítome de marca, sello y pluma personal, pero de historiografía colectiva.
Tendremos buenas imágenes, mapas y gráficas educativas. Santiago como capital fotográfica del Caribe será puntal de esta publicación. Sinopsis, que Carlos Fondeur, Miky Lama, Juan Batlle y mi compañera, Mariana Moreno, entre otros, casi me exigen que escriba.
Ese 12 de junio de 2017 que Carlos Fondeur, fue reconocido como “Señor de la Estrategia de Santiago”, aconteció lo inesperado. En el Centro León, con la estatuilla “Pedro Francisco Bonó” empuñaba en sus manos, entre los agradecimientos, quedé comprometido en su frase lacónica “Reynaldo, es momento que escribas un libro de planificación estratégica”.
Es muy arduo cumplir esta misión. Refuto la compilación de artículos publicados en prestigiosos medios, para transformarlos en libros. Compendios sin lógica editorial, propósito discursivo o calidad didáctica. No se tratará de pegar artículos, uno al lado del otro. Intentaremos dejar un primer legado educativo, con herramientas de trabajo. Narraciones educativas a utilizarse en futuros planes y desarrollos urbanos.
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En diversos momentos Faruk Miguel y Cocuyo Báez me habían dicho que después del trabajo internacional que hicimos, cuando llegara a Santiago, tendría mucho que contar, enseñar y aprender.
Llegó la hora. Valoraré mis periplos internacionales y las estadías en Asia, África y en varias ciudades del mundo. Itinerarios que me llevaron a compartir con cientos de intelectuales y líderes.
Desde sacerdotes católicos militantes de sus creencias cristianas, hasta los más conspicuos profesores de filosofía, comandantes guerrilleros y políticos, tradicionalmente conservadores.
Analizaré Santiago y algunas ciudades cibaeñas con el arrojo de la misión cumplida. Colocaré fuerza educativa, con frescura, pero sin el arrebato insurrecto de la “Tebaida Lírica” de Joaquín Balaguer.
al estilo de las décimas de Juan Antonio Alix y sus “Mangos Bajitos”. Con la dedicación métrica de Pedro Ricardo Batista Curiel, en su “Santiago de principios del siglo XX”.
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A ellos apelaré para escribir lo que hay que editar con energía, encanto y textos anecdóticos entretenidos. Añadiré la debida sátira social que se esconde en las letras de don Martín Garata, pero también en la exégesis de “La isla como es”, de Rafael Emilio Yunén Zouain.
Citaré leyendas urbanas de La Joya y Los Pepines, últimos barrios de Santiago, donde se apareció “el diablo”. También las calles por donde todavía deambula el “barón del cementerio”.