A propósito de mi tuit de la semana pasada que causó estragos con la frase: “la marcha verde ya no llora, ahora factura”, realmente no es que tenga nada de malo movilizarse por una causa en la que “creas”, es que ésta no puede ser “a según” tu conveniencia, porque las convicciones están por encima de las circunstancias personales ¿o no?
Lo que no se puede pretender es que el criterio de corrupción o impunidad sea selectivo, como tampoco, que quien usó una “causa social” como plataforma para ocupar una posición estatal en una administración gubernamental como la actual; llena de promesas incumplidas, mal manejo de recursos públicos, el mayor endeudamiento de la historia reciente en el menor tiempo posible, mal manejo de la crisis económica, congresistas extraditados por narcotráfico, etc. entonces, con todo este paquete en las espaldas, no quieran ser foco de crítica o cuestionamiento, porque sus incoherencias ya pasaron a descaro.
Puede leer: Sin nosotros, ustedes no comen
A diferencia del ambiente de crispación, odio e irracionalidad que crearon antes de ser gobierno, una es prudente, por eso con sensatez expreso que tampoco es cierto que quienes pertenecen a un partido político o trabajan en el gobierno, automáticamente están de acuerdo con el mal uso de los recursos del Estado o que no se levanten a trabajar con buenas intenciones. Pero, para nadie es secreto que este gobierno operativamente hablando no funciona, tanto así que siendo la República Dominicana un país donde hay tanta gente necesitada y tanta deuda social sin atender, resulta que les “sobra el dinero”.
Jamás se ocuparon de alfabetizar, a pesar de recibir el dinero para tales fines, se han dedicado a buscan artilugios para privatizar bienes o tierras del Estado, como pasa con las propuestas de fideicomisos para Punta Catalina y Pedernales, han abandonado la inversión en la producción nacional para facilitar las importaciones y nos llenan de préstamos para guardarlo en el Banco Central.
Ahora bien, si usted está en el grupo de quienes se dedicaron a venderse y auto proclamarse moralmente superiores y con capacidades sobre naturales como inventarse fórmulas para bajar el costo de gasolina engañando a este pueblo, generando una ola de odios e insensateces, logrando, además, que las expectativas alrededor de su persona fueran extraordinariamente altas e irreales, hoy viva con las consecuencias, porque, evidentemente, una parte importante de la dirigencia de la marcha verde ha ido pasando de verde a podrido.