Por Maikel Alix
En la noche de este miércoles 24 de abril, fecha icónica para la redención de la dignidad de nuestra democracia, se efectuó el primer debate presidencial en la República Dominicana, organizado por la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE).
La realización de este trascendental evento captó por sorpresa a gran parte de la población y mucho más, a aquellos que en sus décadas de existencia nunca habían experimentado señales claras de una nueva práctica en el quehacer político nacional.
Pero para quien escribe, la gran sorpresa fue presenciar el debate junto a mis hijos, quienes sólo tienen 11 y 7 años de edad, y a los cuales durante el proceso tenía que dar explicaciones muy detalladas de este acontecimiento que captó la atención de muchas personas, a nivel nacional e internacional.
Luego de dos horas y pocos minutos, llega el momento de las conclusiones de los candidatos presidenciales y mientras nos disponíamos a escucharlos, mi hija de once años hace la siguiente pregunta ¿Quién ganó? Y mirándola fijamente a los ojos le respondí. Ganó el país.
Ganó el país, porque este primer paso evidencia un adelanto en la política dominicana.
Ganó el país, porque vimos a tres candidatos presidenciales a la altura de las circunstancias, quienes siempre respetaron las reglas del debate en todo momento y abordaron los diferentes temas desde la perspectiva de sus propuestas sin irrespetar al contrincante.
Ganó el país, porque en una sociedad democrática se debe comparecer ante el pueblo para explicarle que ha hecho y que hará caso de salir favorecido con la mayoría de los votos.
Ganó el país, porque se sientan las bases para que los candidatos sepan que una de las formas más genuinas de hacer política es ganar adeptos a través del valor de sus propuestas.
Ganó el país, porque este espacio de debate dejó claro de la importancia de la continuidad de Estado, de seguir mejorando lo bueno, punto de avenencia en donde los candidatos hicieron causa común.
Ganó el país, porque quedó evidenciado que las buenas propuestas traspasan los colores y banderías políticas y que los temas fundamentales del país deben ser abordados como temas de Estado.
Ganó el país, porque ANJE demostró con este esfuerzo que los diferentes sectores de la sociedad dominicana tienen interés en que la cosa pública funcione bien.
Ganó el país, porque la presente y futuras generaciones ya tienen una nueva conciencia de propuestas para hacer política en el país.
Ganó el país, porque hasta los más jovencitos como mi hija Melina prefirió ver el debate en vez de buscar las nimiedades que aparecen en redes sociales.
Ganó el país, porque ahora el pueblo tiene un parámetro para medir y evaluar a quien quieren su voto.
Ganó el país, porque nuestra clase política aprendió que debatir y presentar propuestas es la manera más sincera de respetar al ciudadano.
Ganó el país, porque en el imaginario colectivo dominicano se ha dado un gran paso hacia una nueva forma de hacer política.
Ganó el país, porque ciertamente en los 180 años de vida republicana, nuestro país ha experimentado innegable desarrollo, crecimiento y avances, que, a pesar de su juventud, no están en los niveles deseados, pero el resultado del debate presidencial visto anoche resalta que el gran ganador fue el pueblo dominicano.