Madrid. Diego Maradona, Valentino Rossi, Lionel Messi, Rafael Nadal, Carolina Marín, John McEnroe, Ferenc Puskás o Muhammad Ali.
Todos son nombres de grandes deportistas. Y todos, tienen un cualidad común: son zurdos. ¿Usar la pierna o la mano izquierda es sinónimo de éxito en el deporte? No siempre, pero sí es especial.
Durante una buena parte de la historia de la humanidad, las personas zurdas fueron socialmente rechazadas, consideradas inferiores e incluso se les llegó a asociar con la brujería y el ocultismo.
Sin embargo, con el paso del tiempo, diversos estudios demostraron que los zurdos tienen unas cualidades que los diestros no poseen y hasta tienen su Día Internacional, que se celebra este sábado.
Por ejemplo, procesan con más rapidez la información entre los dos hemisferios del cerebro con su consiguiente virtud: pueden pensar más rápido y, en el deporte, a la hora de competir, eso son beneficios.
En especialidades como el fútbol o el tenis, además, pueden crear confusión y desconcierto en sus rivales por la distinta orientación psicomotriz.
Y para añadir más ventajas a los deportistas zurdos, el mayor desarrollo del hemisferio derecho está más relacionado con el pensamiento creativo. De hecho, algunos de los músicos más influyentes de la historia, como Jimi Hendrix, David Bowie, Paul McCartney o Kurt Cobain, eran o son zurdos. Igual que clásicos como Ludwig van Beethoven o Wolfgang Amadeus Mozart.
En el deporte, ocurre algo parecido. Casi todos los grandes de la historia, se han caracterizado por su magia y creatividad. Tienen algo distinto. Sobre todo en el fútbol, donde los mejores jugadores zurdos se han caracterizado por ser mágicos hasta niveles estratosféricos.
Sin duda, el argentino Diego Maradona, es uno de ellos. “El Pelusa” está considerado uno de los mejores de la historia, con permiso de Pelé, Johan Cruyff, Alfredo Di Stéfano o Lionel Messi, otro zurdo que merece su análisis.
Maradona, fallecido en 2020, tenía una pierna izquierda de otro planeta. Con ella, sobre un terreno de juego, hacía prácticamente cualquier cosa que se le antojara. Él solo se encargo de dirigir a su país hacia el título en el Mundial de México 1986 y hacia una final en Italia 1990.
Dejó su sello en Argentinos Juniors, Boca Juniors, Barcelona, Nápoles, Sevilla y Newell’s. Ganó dos Ligas y una Copa italiana y una Copa, una Supercopa y una Copa de la Liga de España, entre otros títulos. Sin embargo, Maradona, como Rafa Nadal, no era un zurdo total, porque su mano hábil era la derecha. Con ella, firmaba autógrafos o jugaba al tenis. Eso sí, su famoso gol a Inglaterra… lo firmó con la mano izquierda.
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Esa virtud se denomina “lateralidad cruzada” y también la tiene Messi, que hunde a sus rivales con la pierna izquierda pero firma sus contratos con la mano derecha. De todas formas, cuando activa su hemisferio creativo sobre el césped, aparece la magia del zurdo.
Sus siete Balones de Oro y sus 35 títulos entre Ligas, Copas, Supercopas, Ligas de Campeones, Mundiales de Clubes o una Copa América, hacen de Messi un ejemplo de zurdo súper deportista.
Sin tener esa lateralidad cruzada, más bien todo lo contrario, una zurda cerradísima, aparece en la lista de grandes futbolistas el húngaro Ferenc Puskás.
El exjugador del Real Madrid tenía un auténtico cañón en su pierna y fue uno de los mejores goleadores de todos los tiempos. Entre 1943 y 1966, marcó 625 goles en 631 partidos, casi uno por encuentro. Puskás, es otro ejemplo de zurdo prodigioso.
En el mundo de fútbol, la lista es larguísima: Roberto Carlos, Rivaldo, Hugo Sánchez, Ryan Giggs, Mario Alberto Kempes, Rivelino, Hristo Stoichkov, Bobby Charlton, Daniel Pasarella, Paolo Maldini, Iker Casillas, Raúl González, Andreas Brehme o Paco Gento son sólo algunos nombres que en sus equipos han sido líderes y forman parte de la historia de su deporte.
Pero más allá del fútbol, hay otros deportistas zurdos impresionantes. Uno de ellos, tiene la misma cualidad que Maradona y Messi.
Rafael Nadal, el tenista masculino con más Grand Slam de la historia (22), golpea la pelota con la izquierda, pero es diestro para hacer sus actividades cotidianas.
El experto en lateralidad y profesor de tenis, Jofre Porta, recordó una conversación que mantuvo con Nadal: “Cuando volví a Palma para trabajar en el Gobierno balear, Nadal ya jugaba con la mano izquierda y yo no sabía que era diestro. Me enteré un día y le dije: ‘Pero juega con la buena’; y él respondió: ‘Es que no tengo fuerza con la otra’.
El curioso caso de Nadal no es el mismo de otra gran campeona del tenis, la checa Martina Navrátilová, ganadora de 18 Grand Slam entre 1973 y 2004, año de su retirada. Junto a Mónica Seles, Rod Laver, John McEnroe o Jimmy Connors, está en el club de los ilustres zurdos del mundo del tenis. Entre todos, suman 53 Grand Slam.
Carolina Marín es otro ejemplo de campeona zurda. Lo es en el badminton. La jugadora española tiene una zurda prodigiosa y con ella ha ganado una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janerio 2016, tres Mundiales y seis Europeos. Ella misma, a través de un vídeo, precisamente en el día internacional del zurdo, explicó cuáles son las ventajas de ser zurda.
“Una ventaja es que hago mi propio estilo de juego, para que en el lado izquierdo pueda tener el ataque, y de este modo atacar en el amplio juego que tiene la pista y contra cualquier rival”, explicó Marín, una de las pocas europeas que ha plantado cara a las jugadoras de badminton asiáticas, históricamente las grandes dominadoras de este deporte.
En el motociclismo, uno de los mejores pilotos de la historia, también es zurdo, aunque con matices, porque también maneja bien la mano derecha. Valentino Rossi, con sus nueve títulos mundiales, es uno de los zurdos que representan a los campeones del mundo del motor. Pero no es el único.
El mítico Ayrton Senna igualmente lo era. “Me resulta fácil llevar el coche con una sola mano, estoy naturalmente dotado por ser zurdo”, dijo el brasileño una jornada en la que habló sobre su condición. Con ella, se convirtió en uno de los pilotos de Fórmula Uno más imaginativos de la historia.
Ganó tres Campeonatos del Mundo antes de fallecer en un accidente en 1994 con 34 años. Muchos opinan que fue el mejor de la historia.
El boxeador Muhammad Ali, con una zurda poderosa, atemorizaba a sus rivales. Y, no solo dentro del ring era una autoridad.
Fuera de él, era un hombre rápido, instintivo, con una personalidad arrolladora con la que se convirtió en un mito.
Y es que, ser deportista y zurdo, no tiene por qué ser sinónimo de éxito, pero la historia dice que sí hay muchas posibilidades de triunfar a lo grande.