Por y para Santiago, mi ciudad Natal, de la cual me siento orgulloso (1/3)

América Latina, una región rica en diversidad cultural y recursos naturales, ha estado en el centro de numerosos debates sobre su desarrollo económico y social. A medida que avanzamos hacia un futuro incierto, es fundamental analizar las perspectivas de desarrollo en América Latina y considerar los desafíos y oportunidades que enfrenta la región.

La primera interrogante que hay que plantearse: ¿Por qué ninguna nación de América Latina ha podido dar el salto de pasar a ser una Nación desarrollada?

No se puede adjudicar esta carencia a que se viene de una realidad empobrecida, dado que naciones como Singapur (hace más de 30 años), Estonia y Vietnam que provenían de situaciones extremas, han podido dar el paso.

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¿Cuáles elementos coincidentes tienen estas naciones? Que se concentraron en el desarrollo de los Intangibles, enfocándose en el desarrollo humano, social, económico y tecnológico. Identificando las potencialidades que tenían y asumiendo como obligación fundamental la creación de agentes de transformación y comunitarios desde los 10 años de edad.

De igual modo hay que reconocer que esas naciones tienen mucha disparidad entre ellas. Singapur tiene solo 720 kilómetros cuadrados, sin acceso a agua.

Estonia se independizó en 1991, ingresó a la Unión Europea en 2004, adoptó el euro como moneda en 2011 y hoy está llamado a convertirse en el Silicon Valley europeo.

Vietnam, por su parte, desde finales de los 80 tiene también una de las economías más florecientes y prósperas de Asia.

Volviendo la mirada a América Latina, nos encontramos con que existe una gran diversidad económica y social en toda la Región Latinoamericana, en donde actualmente muchos de los países se encuentran con grandes conflictos políticos, económicos y sociales.

Uno de los desafíos más persistentes en América Latina es la desigualdad económica y social. A pesar de avances significativos en la última década, la brecha entre ricos y pobres sigue siendo amplia en muchos países de la región.

Superar esta desigualdad es esencial para garantizar un desarrollo sostenible y equitativo.

Sin ánimo de crear fricciones, ni resaltar lo desfavorable, debemos ser conscientes que muchas naciones de América Latina, se encuentran traspasando problemas sociales y económicos serios. Tomando referencias extremas y populistas, podemos apreciar, para dar sólo algunos ejemplos, Gabriel Boric en Chile, presidente a sus 36 años, nacido de un partido nuevo. Petro en Colombia, de izquierda. Bukele en El Salvador, que ha asumido como compromiso la eliminación de las Maras (Grupo armado). Bolsonaro en Brazil, quien estuvo preso, acusado de corrupción.

Esto sin mencionar las debilidades institucionales, sociales, políticas y económicas de Venezuela, Ecuador, Perú, Nicaragua, Guatemala, entre otras. La más reciente es el caso de Milei en Argentina, que se autoproclama Liberal Libertario, con una retórica radical.

En la próxima entrega trataremos sobre las oportunidades que tiene América Latina de empezar a dar los pasos para convertirse en una Región en vías de Desarrollo.