Desde el momento en el que el presidente de los EE. UU. Joe Biden anunciara su intención de no invitar a países que no practicaran la democracia en sus respectivos países, citando a Cuba, Venezuela y Nicaragua, se destapó un avispero, ya que países latinoamericanos de importancia, como su vecino México, no asistieron como habían prometido, si no se invitaba a todos los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo representante Luis Almagro, tuvo el honor de iniciarla.
A nuestro parecer, el presidente Biden cometió un exabrupto al no convocar a países americanos por el solo hecho, según su parecer, de no permitir el ejercicio de la democracia en los mismos. Esto contradice lo predicado por ese país, que es considerado como el “padre de la democracia”.
Cuba hacía mucho tiempo que se había retirado de la OEA, por lo tanto, su no inclusión era prevista y justificada, no así Venezuela y Nicaragua, que tienen regímenes muy similares al de la mayor de las Antillas.
El presidente Biden no pareció creer que su homónimo López Obrador de México no asistiría y por eso, no dio su brazo a torcer después del desafortunado anuncio de la no invitación de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Otros presidentes que se sumaron a la inasistencia fueron los Honduras, Guatemala, Bolivia y Uruguay por enfermedad. Sin embargo, el presidente Biden creyó que esa crisis sería remontada y por eso mantuvo su decisión firme de no invitarlos, lo cual puso en situación de embarazo, tanto a la OEA, como a la ONU.
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En esta cumbre cabe destacar el enjundioso discurso del presidente de Argentina Alberto Fernández, quien apadrinó la solicitud que le hiciera Venezuela de convocar a una reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en donde se cursara una invitación especial al presidente Biden.
Otros destacados oradores lo fueron el presidente de Chile, que a pesar de su juventud hizo gala de un comedimiento ejemplar, no obstante el carácter socialista de su Gobierno.
La canciller de El Salvador, hablando en sustitución del presidente de su país, Nayib Bukele, resaltó los logros de este en el combate de las pandillas o maras que asaltan, pillan y matan sin que hasta ahora se hayan enfrentado y controladas como está sucediendo en la actualidad. A ese respeto, enfrentó aquellos voceros de otros países que consideran que se están violando los derechos humanos, he invitó a sus vecinos Guatemala y Honduras a frenar esos jóvenes delincuentes. Debió incluir a Haití, salvo que en el caso de este país no son la juventud, sino bandas incontrolables armadas las cuales, al no existir en el país una fuerza de orden público, roban, asaltan, matan y secuestran sin el mayor remordimiento.
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Al problema haitiano se refirió el presidente Abinader pidiendo la ayuda internacional, ya que su país por sí solo, no puede hacerse cargo de todos sus problemas, sin la ayuda internacional. Para él, es de vital importancia la ayuda de los países que abogan por un Estado binacional, cosa que asegura no sucederá.
Un hito que trajo esperanzas en el futuro lo constituyó el discurso de la vicepresidenta de los EE. UU. Kamala Harris, cuando anunció la creación de un fondo de US$3,200 millones para que las empresas se expandan y contraten muchos de los que ahora forman filas de indocumentados para penetrar al territorio de EUA y en donde 10 millones de centroamericanos tendrán acceso al crédito.
Nuestro país ha solicitado ser sede de una próxima reunión de la Cumbre de las Américas. Debimos aprender la lección, o se invitan a todos, o mejor mutis.