En beneficio de la verdad histórica, que es el hecho sucedido realmente, pero del cual surgen variantes interpretativas, me veo en el deber de contradecir la versión del amigo abogado, historiador y profesor de la UASD y miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, Dr. Euclides Gutiérrez Félix, quien negó, en una reseña de su conferencia sobre la Revolución de Abril de 1965 en HOY (21-V-2017, p. 7A), en la Casa Nacional del PLD, que José Francisco Peña Gómez llamara al pueblo a apoyar el levantamiento militar que derrocó el Triunvirato. (Todas mis citas remiten a la reseña calzada por el periodista Emilio Guzmán).
Según el Dr. Gutiérrez Félix «… lo que Peña Gómez hizo fue anunciar al país que recibió una llamada del capitán Peña Taveras, diciéndole que tomaron la jefatura del Ejército» y que afirmar lo contrario «es una gran mentira» de algunos historiadores.
Y como argumento de autoridad, el letrado dice: «Yo estaba escuchando la radio en ese momento y lo que hizo fue dar la noticia, poner el Himno Nacional y salir de la emisora…»
La memoria es, a veces, muy traicionera. Yo mismo relato en “Memorias contra el olvido” que ese sábado 24 de abril escuchaba también a Peña Gómez por Tribuna Democrática, pero no me fío de mi memoria. Voy a los documentos.
Veamos el hecho. En la segunda edición de mi libro “Antología de la oratoria en Santo Domingo” que preparo actualmente, edición corregida y ampliada (la primera versión la publicó la Sociedad Dominicana de Bibliófilos en 1994) traigo, en el capítulo XXI titulado “José Francisco Peña Gómez”, la versión completa de la arenga que el recordado líder pronunciara, en aquella fecha memorable, desde la cabina de Radio Comercial a través de la cual se transmitía Tribuna Democrática, órgano del Partido Revolucionario Dominicano. Y en el referido capítulo doy las gracias al amigo historiador Miguel De Camps Jiménez por haberme facilitado la versión total de dicha arenga y el contexto en que fue pronunciada.
Introducción, contexto y efectos
Lleva el número 43, en mi libro de marras, la arenga de José Francisco Peña Gómez pronunciada el sábado 24 de abril de 1965 en la tarde a través del programa radial Tribuna Democrática, vocero del Partido Revolucionario Dominicano, donde llama al pueblo dominicano, en nombre de las clases y los rasos de las Fuerzas Armadas, a apoyar el levantamiento militar en contra del Triunvirato.
He aquí la versión grabada, tal como la pronunció el Dr. Peña Gómez: «Al llegar a este punto interrumpí mi alocución por Tribuna Democrática para atender una llamada telefónica sumamente importante, mientras la atendía el equipo técnico de Tribuna Democrática puso en el aire, a solicitud nuestra, las notas musicales de “La Marsellesa”, himno de Francia. En lo que los demás verificaban la autenticidad de la información recibida, volví al aire con estas palabras:
«Los acordes vibrantes que se escuchan pertenecen a La Marsellesa y nos anuncian el advenimiento de la revolución dominicana. [Observe el lector que al Dr. Gutiérrez Félix le traiciona la memoria y dice que fue el himno nacional dominicano, DC].
«Son las notas triunfales del himno de la Revolución francesa; el himno que llevó a los revolucionarios al combate y a la victoria; las mismas notas que llevarán al pueblo dominicano hacia la conquista definitiva de sus derechos conculcados,
«¡Adelante, pueblo dominicano, que pronto o despacio llegaremos a Palacio!»
24 de abril [de] 1965.
«Las notas del himno francés continuaron escuchándose durante varios minutos hasta que ya confirmada la noticia tronó mi voz improvisando lo que sería en el futuro recordado como el comienzo de la revolución:
«¡Atención, pueblo dominicano! ¡Atención, pueblo dominicano! ¡Atención, pueblo dominicano! En estos momentos Tribuna Democrática acaba de recibir una llamada telefónica del capitán Peña [Taveras] comunicando que las clases y los rasos de la Jefatura de Estado Mayor del Ejército acaban de hacer presos en estos momentos a todos los miembros de la Jefatura de Estado Mayor, entre ellos [al] Jefe de Estado Mayor, general Rivera Cuesta; [al] subjefe de Estado Mayor, coronel Ruiz Batista; [al] auxiliar encargado de personal, mayor Pompeyo Vinicio Ruiz; [al] mayor García Tejada, oficial de inteligencia, y [al] mayor José Silvestre García, auxiliar G-2.
«Nos comunican las clases y los rasos de la Jefatura de Estado Mayor del Ejército que han tomado esta dramática decisión en vista de que esos oficiales se habían reunido para cancelar a los oficiales, clases y soldados honestos de esa institución, y que en virtud de esas arbitrarias actuaciones de la Jefatura de Estado Mayor, se encontraban presos el teniente coronel Gutiérrez Ramírez y el mayor Eladio Ramírez Sánchez, que han sido puestos en libertad por las clases, los rasos y oficiales subalternos de las Fuerzas Armadas.
«Nos comunica el capitán Peña Taveras –en nombre de las clases y los rasos de las Fuerzas Armadas– que han tomado esta dramática decisión de libertar al pueblo dominicano de sus cadenas y que en consecuencia invitan a toda la ciudadanía y a todos los hombres honestos de las Fuerzas Armadas a sumarse a este movimiento libertador que habrá de destruir para siempre el yugo opresor de la oligarquía explotadora que tiraniza al valiente y bravío pueblo dominicano.»
Aquel sábado, cuento en mis memorias, acabada de llegar a la pensión del Conde 22 altos, donde vivía, en compañía de mi condiscípulo Roberto Pérez Nivar, sancristobalence, con quien estudiaba la carrera de periodismo en la UASD. Ese sábado nos correspondió ir a escuchar la segunda parte de una conferencia que el padre jesuita José Moreno nos dictó el día anterior sobre sociología. Y justamente, para mi sorpresa, se involucró en la Revolución Constitucionalista y al término de esta le regaló su experiencia al país con una obra titulada “El pueblo en armas”. En la tarde, despedí a Roberto en la parada de autobuses que iban a San Cristóbal desde el frente del cementerio de la Avenida Independencia. Al despedirme, le dije: «Nos vemos el lunes, que esto no es más que un clásico golpe de Estado al estilo latinoamericano”. ¡Cuán lejos estábamos de sospechar que cuatro días después se produciría la segunda intervención armada de los Estados Unidos a nuestro país!
Obsérvese en la arenga la rapidez de la redacción y los problemas gramaticales y de estilo, no obstante, la claridad del mensaje.
Obsérvese cómo, en un asunto de tanta gravedad para la seguridad del Estado, Peña Gómez, hábilmente no asume el llamado a apoyar el levantamiento militar, sino que se lo endosa a Peña Taveras y cómo, en la redacción, se entrecruzan la objetividad del llamado del capitán Peña Taveras y la subjetividad del arengador de cuya cosecha son las expresiones oligarquía explotadora”, etc. Y la música y letra de La Marsellesa es una clara invitación al pueblo a apoyar el levantamiento, aparte del “Adelante, pueblo dominicano…”.
Hay que estudiar las razones de por qué “La Marsellesa” y no el himno dominicano, el del PRD o el tema musical de Tribuna Democrática. Pero una primera hipótesis es el de La Marsellesa como himno de la revolución mundial de los derechos del hombre y del ciudadano. Otra hipótesis es que no tuvieran a mano el himno dominicano. Otras preguntas que me hago en mi libro son: ¿Cómo se tenía a manos el himno francés y no el dominicano? ¿Cómo terminó el programa TD? Ese era un momento de extremo peligro y los detalles de lo que sucedió después están narrados en los libros por los propios actores, incluido Peña Gómez. Lo cierto fue que media hora después de la arenga del Dr. Peña Gómez la Capital y los barrios populares y de clase media se lanzaron a las calles y la rebelión cundió por todo el país. A las hasta las 8:30, hora de la alocución de un Reid Cabral alicaído desde el Palacio, el Triunvirato dictatorial había volado por los aires.