Detienen director de cárcel más violenta de Brasil acusado de facilitar fugas

Detienen director de cárcel más violenta de Brasil acusado de facilitar fugas

Río de Janeiro. La Policía brasileña detuvo hoy al director de una de las unidades del complejo penitenciario de Pedrinhas, considerada la prisión más violenta de Brasil y en la que se han registrado 75 asesinatos desde enero de 2013, por su presunta responsabilidad en fugas de presos, informaron fuentes oficiales.

El director de la Casa de Detención de este centro carcelario de la ciudad de Sao Luis (norte de Brasil), Claudio Barcelos, fue detenido preventivamente en su propio despacho por agentes de la Policía Civil que lo investigan desde hace más de un año y que lo acusan de facilitar fugas de presos, según comunicó la Gobernación del estado de Maranhao.

Las autoridades también lo acusan de recibir sobornos de los presos a cambio de autorizarlos a salir de la prisión temporalmente para practicar crímenes.

La Casa de Detención es una de las unidades del Complejo Penitenciario de Pedrinhas, el mayor establecimiento penal del estado de Maranhao y en la que constantemente se registran asesinatos, rebeliones, fugas, peleas entre presos, asesinatos -algunos con decapitaciones- y hasta desapariciones.

Según el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) de Brasil, en este centro carcelario se han registrado 75 asesinatos de internos desde enero de 2013, 16 de ellos en lo que va de este año.

El último homicidio se registró el pasado sábado y la última fuga tres días antes, cuando 36 internos huyeron por un boquete abierto en un muro por un camión con volquete robado poco antes dentro del mismo penal.   La mayoría de las muertes en Pedrinhas es atribuida a una guerra entre bandas rivales de presos que actúan en este complejo carcelario con capacidad para 1.770 reclusos pero que siempre ha alojado a un número muy superior.

Las autoridades de Maranhao determinaron en enero pasado el traslado a presidios de máxima seguridad en otras ciudades brasileñas de nueve presos que estaban en Pedrinhas y que eran señalados como los líderes de las organizaciones en disputa.

Igualmente en enero una comisión legislativa de derechos humanos denunció que familiares de algunos internos eran obligados a tener relaciones sexuales con los líderes de las bandas rivales.

La rivalidad entre las organizaciones criminales de Pedrinhas se extendió a comienzos del año a las calles de Sao Luis, la capital de Maranhao, en forma de ataques a autobuses públicos y comisarías de Policía, en los que murió una niña de 6 años.

Según datos oficiales, la población reclusa de Brasil supera ligeramente los 550.000 internos, lo que supone un 30 % más de lo que las cárceles del país pueden albergar.

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