Este 26 de julio es el Día del Abuelo, el cual celebra a nuestros familiares, sin embargo también es una buena oportunidad para reflexionar su situación, ya sea económica, social y familiar.
La población a nivel mundial está envejeciendo, se estima que para el año 2030 existan 1,400 millones de personas mayores de 60 años en todo el mundo (ONU, 2021).
Según datos del informe “Perspectivas de la población mundial 2019”, en 2050, una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años (16%), más que la proporción actual de una de cada 11 en 2019 (9%). Para 2050, una de cada cuatro personas que viven en Europa y América del Norte podría tener 65 años o más.
¿Por qué no están para cuidar nietos?
Si bien existen múltiples beneficios entre los lazos familiares y ayudar a su hijos en el cuidado de sus nietos, también existen en su salud física, de acuerdo a un estudio reciente, los abuelos que se encargan del cuidado de sus nietos en ausencia de los padres tienden a vivir más años que los abuelos que no realizan esta tarea.
El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Basel, la Universidad de Australia Occidental, y el Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano en Berlín.
Los resultados fueron publicados en la revista académica Evolution and Human Behavior (via NHS).
El estudio se basó en una encuesta realizada a cerca de 500 adultos de 70 años o más que viven o vivían en Alemania.
Los investigadores dividieron a los encuestados en tres grupos: abuelos que cuidan a sus nietos, abuelos que no se encargan del cuidado de los nietos, y adultos mayores que no son abuelos.
Según el análisis, los abuelos que cuidaban a sus nietos tenían un riesgo de mortalidad menor (37%) que los adultos mayores en los otros dos grupos.
Sin embargo si existen las condiciones para que los abuelos puedan desempeñar este cuidado siempre debe ser aceptado por parte de los abuelos, sin embargo el deterioro mental y físico cuando se ven orillados a hacerlo, provoca diversas problemáticas.
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Se desvanece la percepción del adulto mayor sentado, cansado, dedicado a cuidar a los nietos, a cocinar o hacer reparaciones en casa, y se abre paso una vejez más activa y divertida, «una ‘abuelidad’ liberadora, rebelde y reveladora», afirmó Verónica Montes de Oca, coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV) de la UNAM.
«Los abuelos no están para cuidar, tienen preferencias, sexualidad y actividades con las que enriquecen su vida«, destacó.
Aceptar que se les adjudiquen tareas domésticas podría tener su origen en que a los adultos mayores se les facilita procurar a las nuevas generaciones por el hecho de haber sido padres.
Socialmente, a los adultos mayores se les ve como parte fundamental en la integración familiar, pero no por acuerdo, sino por adjudicación, «de ahí la idea de que deben cuidar a los nietos, ayudar en los quehaceres domésticos y dejar de lado uno de sus principales valores: la experiencia y transmisión de valores y conocimientos».
Sin embargo, la situación cambia, «ahora están al pendiente de su salud, tienen actividades, son emprendedores, algunos son activistas o hacen voluntariado, y estas acciones se incrementarán con el paso del tiempo».
Este proceso implicará, en el corto plazo, un cambio en la concepción social sobre qué es ser viejo, abuelo o persona mayor, advirtió.
En México, más de 11 millones 960 mil habitantes tienen entre 60 y 79 años de edad, principalmente en entornos urbanos. Además, según datos del Consejo Nacional de Población (Conapo) este segmento aumentará en más de 464 mil para 2020, para alcanzar una cifra aproximada de 12 millones 425 mil.
En el marco del Día del Abuelo, que en nuestro país se celebra este 28 de agosto, Montes de Oca comentó que la intención de esta efeméride es festejarlos, pero «el resto del año son abusados, maltratados e invisibilizados».