El 14 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Dermatitis Atópica (DA), fecha en la que la comunidad de pacientes y médicos busca generar conciencia, comprensión y revisión de los estándares de atención de las personas que sufren esta enfermedad.
En el marco de este día, el llamado es a revisar las estrategias de tratamientos más efectivas que reduzcan el tiempo de control de la DA. Según la encuesta digital dermatológica “La Carga Multidimensional de la Dermatitis Atópica en Adultos”, realizada entre el 26 de marzo y el 29 de junio del 2019, se evidencia la gravedad de esta enfermedad y el tiempo dedicado por los pacientes en controlar los síntomas.
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Esta encuesta fue dirigida por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), y se realizó en adultos con DA, con el fin comprender su asociación con la calidad de vida y las preferencias de tratamiento para poder describir su asociación con la carga de la enfermedad.
Dentro de los principales hallazgos está la gravedad de la enfermedad de la piel y el tiempo dedicado a controlar los síntomas, los cuales se asocian fuertemente con la carga del padecimiento. Todos los aspectos de la DA están asociados a más de un factor; es decir, la carga se percibe asociada a factores multidimensionales y heterogéneos.
Luis Sarmiento, Gerente Médico del área de Inmunología de Sanofi en la región Pacífico & Caribe, resaltó que la conclusión más importante de la encuesta es la que se refiere a la necesidad de abordar la compleja carga de la DA, comprender a plenitud la experiencia del paciente y reducir el tiempo dedicado a la administración de los tratamientos.
“Las lesiones en la piel de las personas afectadas, son solo un signo visible de lo que sucede en las capas mucho más profundas y, desafortunadamente, las personas que enfrentan un diagnóstico de dermatitis atópica no están exentas de incrementar sus brotes producto de factores externos”, comentó el especialista.
Entre los 1.065 encuestados se observó una muestra de personas de diferentes edades, entre los 18 y 64 años, con un alto porcentaje (83%) de participación de mujeres; revelando la siguiente información:
– 489 personas (46%) informaron tener DA leve a moderada
– 544 personas (51%) manifestaron tener DA grave
– La mayoría manifestó cambios en su estado anímico al tener exacerbaciones en la piel
– El 50% de la muestra reveló que dedican menos de 5 horas a la semana para tratar los síntomas de la enfermedad
– Los participantes del estudio reportaron una alta prevalencia de condiciones alérgicas coexistentes (comorbilidades), incluyendo asma en el 35% de las personas; 49% rinitis alérgica, 34% alergias a los alimentos; además, 13% reportó infecciones en la piel. Estos datos sugieren que el manejo multidisciplinario de la DA es altamente recomendable.
– En cuanto a salud mental, el 29% de las personas encuestadas manifestaron tener ansiedad; y 28% sufrir de depresión. Ambos trastornos contribuyen sustancialmente a la carga de la enfermedad.
– En cuanto a los tratamientos que han utilizado, la muestra señaló: 49% usa tratamiento tópico; 23% fototerapia y tratamiento sistémico; y 28% no utiliza ningún tipo de terapia[4].
La DA en niños y adolescentes
Una encuesta realizada a pacientes con DA y sus cuidadores llevada a cabo en ocho países durante 2002, la cual se denominó El Estudio Internacional de la Vida con Excema Atópico (ISOLATE, por su siglas en ingles), reveló una gran carga de la enfermedad entre moderada a severa en niños y adolescentes. Este estudio reportó:
– 50% de los niños y adolescentes fue diagnosticado en sus primeros 3 años de vida y 24% después de los 18 años. Se diagnosticó 68% con DA moderada y 32% con DA severa,
– Cerca de la mitad (52%) se encontraba infeliz o deprimido
– Entre el 20 y 60% reportó mucha preocupación por ser visto en público.
– Alto porcentaje de los encuestados reportaron sentirse preocupados por su apariencia (73%), sufrir hostigamiento o burlas (25-39%), afectación de sus actividades escolares o laborales (30-46%) y menor confianza en sí mismos (24-36).
– En cuanto al control de la enfermedad, la mayoría de los pacientes (77%) y sus cuidadores (74%) consideraron no sentirse seguros de gestionar la enfermedad sin la orientación de un médico.
Se estima que, en Latinoamérica, entre el 6-10% de pacientes, entre niños y adolescentes, tiene la enfermedad, impactando el bienestar general de los afectados y también el de los cuidadores.
La DA es una enfermedad crónica, sistémica e inflamatoria de la piel, impulsada por una respuesta excesiva del sistema inmunitario conocida como inflamación tipo 2.En sus formas más severas hay brotes y erupciones cutáneas impredecibles que pueden cubrir gran parte del cuerpo, acompañándose por picazón intensa y persistente, resequedad importante, grietas, enrojecimiento, costras y exudación.
Cuando no se controla adecuadamente, la DA causa trastornos del sueño, síntomas de ansiedad, depresión y sentimientos de aislamiento, con un importante impacto físico, emocional y psicosocial.
Actualmente, la frecuencia y el uso de algunos jabones, desinfectantes o geles alcoholados pueden activar el ciclo del rascado en las personas que sufren dermatitis atópica como respuesta a la picazón, lo que empeora los signos y síntomas en la piel provocando más inflamación.
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Ante esta situación, los especialistas recomiendan seguir las recomendaciones médicas, tratamientos adecuados y citas de control, a fin de que estos pacientes no empeoren las condiciones de su piel.
Los pacientes con DA enfrentan importantes desafíos en su salud: por la parte física controlar la enfermedad, evitar y controlar las infecciones en la piel y las comorbilidades atópicas. En cuanto al bienestar integral, los pacientes se enfrentan a las perturbaciones del sueño y limitaciones de la interacción social. En el ámbito de la sociedad, se ven afectadas la productividad social y la economía familiar por los gastos de salud. A medida que la enfermedad empeora la carga económica también aumenta.
Los médicos recomiendan a estos pacientes una serie de cuidados de la piel como:
– limitar la ducha o el baño a una vez al día con agua tibia,
– al secarse, evitar frotarse y aplicarse de inmediato un aceite especial o una crema hidratante,
– mantener la piel hidratada es vital para disminuir la picazón y la inflamación,
– en las áreas que demandan mayor higiene usar jabones neutros para piel seca o delicada y mantener las uñas cortas y limpias.