Diagnóstico y tratamiento de la intolerancia a la lactosa

Diagnóstico y tratamiento de la intolerancia a la lactosa

Dr. Luis Felipe Santana

Segunda parte. La intolerancia a la lactosa (IL) es un síndrome clínico. Es necesario realizar una buena historia clínica que correlacione los síntomas con la ingesta de algún alimento que contenga lactosa. Estos síntomas pueden incluir distensión abdominal, flatulencia, dolor abdominal, borborigmos y diarrea. Menos frecuente es la presencia de nausea, constipación, o síntomas sistémicos como dolor de cabeza, fatiga, pérdida de concentración, dolor muscular o de articulaciones, úlceras bucales y dificultad urinaria, que pueden estar relacionadas a otras condiciones.

Complementando la historia podemos hacer pruebas para demostrar la presencia de malabsorción o deficiencia de lactasa. Existen actualmente 5 pruebas para evaluar la digestión de la lactosa de manera específica:

  1. Prueba de Hidrógeno
  2. Tolerancia a lactosa
  3. Actividad de lactasa duodenal
  4. Gaxilosa en suero o galactosa en orina
  5. Pruebas genéticas.

Las mas simples de aplicar  y menos invasivas son la prueba de hidrógeno y la tolerancia a lactosa. La actividad de lactasa duodenal requiere una biopsia de duodeno y tanto esta como la prueba genética implican altos costos.

Una manera sencilla de  diagnosticar es llevar una dieta libre de lactosa, sin lácteos y otros alimentos que pueden tener lactosa “oculta”. Llevar estrictamente por dos semanas y luego introducirlos lentamente y observar la recurrencia de síntomas.  En ocasiones, algunos pacientes creen que son intolerantes cuando no lo son y otros evidencian que tienen malabsorción cuando pensaba que no lo tenían.

Fuentes de lactosa

  • Leche entera y descremada
  • Yogur
  • Helado de leche
  • Quesos frescos
  • Algunos panes o productos horneados
  • Cereales de desayuno procesados
  • Mezclas para pancakes o galletas
  • Puré de papa instantáneo
  • Sopas
  • Bebidas de desayuno
  • Margarina
  • Aderezos
  • Dulces u otras picaderas

 

¿Cómo se trata?

El objetivo principal es reducir los síntomas y evitar malnutrición. Se puede recurrir a una dieta baja en lactosa y no libre de lactosa ya que que la mayoría de las personas con malabsorción pueden tolerar una pequeña dosis de lactosa. Los productos lácteos sin lactosa, como leche, yogur, o quesos, a los que se adiciona lactasa, se consideran generalmente seguros. Las fórmulas vegetales (almendra, arroz, o soya) pueden ser una alternativa pero no son equivalentes a nivel nutricional, y las otras leches de mamíferos no son libres de lactosa. Algunos productos lácteos fermentados, como ciertos quesos y yogur, ya pudieran contener bajo nivel de lactosa.

El reemplazo enzimático con lactasa exógena puede ser efectivo mostrando mejoría de síntomas. Utilizarlos permite libertad al paciente de consumir diversos alimentos sin miedo a presentar síntomas, cuando su malabsorción es exclusivamente de lactosa.

¿Se debe evitar completamente el consumo de lácteos?

A largo plazo la restricción de lácteos que contengan lactosa puede ser perjudicial porque son fuentes importantes de proteína, calcio y vitamina D.  La lactosa en la dieta mejora la absorción de calcio y una dieta baja en lácteos puede implicar una disminución en fuentes de calcio. Es importante consultar con un experto para que te ayude hacer el diagnóstico y recomiende las alternativas mas afines a tus gustos y estilo de vida. Recordar que ningún alimento es esencial, solo hay nutrientes esenciales.  Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim

La intolerancia a la lactosa (IL) es un síndrome clínico. Es necesario realizar una buena historia clínica que correlacione los síntomas con la ingesta de algún alimento que contenga lactosa. Estos síntomas pueden incluir distensión abdominal, flatulencia, dolor abdominal, borborigmos y diarrea. Menos frecuente es la presencia de nausea, constipación, o síntomas sistémicos como dolor de cabeza, fatiga, pérdida de concentración, dolor muscular o de articulaciones, úlceras bucales y dificultad urinaria, que pueden estar relacionadas a otras condiciones.

Complementando la historia podemos hacer pruebas para demostrar la presencia de malabsorción o deficiencia de lactasa. Existen actualmente 5 pruebas para evaluar la digestión de la lactosa de manera específica:

  1. Prueba de Hidrógeno
  2. Tolerancia a lactosa
  3. Actividad de lactasa duodenal
  4. Gaxilosa en suero o galactosa en orina
  5. Pruebas genéticas.

Las mas simples de aplicar  y menos invasivas son la prueba de hidrógeno y la tolerancia a lactosa. La actividad de lactasa duodenal requiere una biopsia de duodeno y tanto esta como la prueba genética implican altos costos.

Una manera sencilla de  diagnosticar es llevar una dieta libre de lactosa, sin lácteos y otros alimentos que pueden tener lactosa “oculta”. Llevar estrictamente por dos semanas y luego introducirlos lentamente y observar la recurrencia de síntomas.  En ocasiones, algunos pacientes creen que son intolerantes cuando no lo son y otros evidencian que tienen malabsorción cuando pensaba que no lo tenían.

Fuentes de lactosa

  • Leche entera y descremada
  • Yogur
  • Helado de leche
  • Quesos frescos
  • Algunos panes o productos horneados
  • Cereales de desayuno procesados
  • Mezclas para pancakes o galletas
  • Puré de papa instantáneo
  • Sopas
  • Bebidas de desayuno
  • Margarina
  • Aderezos
  • Dulces u otras picaderas

 

¿Cómo se trata?

El objetivo principal es reducir los síntomas y evitar malnutrición. Se puede recurrir a una dieta baja en lactosa y no libre de lactosa ya que que la mayoría de las personas con malabsorción pueden tolerar una pequeña dosis de lactosa. Los productos lácteos sin lactosa, como leche, yogur, o quesos, a los que se adiciona lactasa, se consideran generalmente seguros. Las fórmulas vegetales (almendra, arroz, o soya) pueden ser una alternativa pero no son equivalentes a nivel nutricional, y las otras leches de mamíferos no son libres de lactosa. Algunos productos lácteos fermentados, como ciertos quesos y yogur, ya pudieran contener bajo nivel de lactosa.

El reemplazo enzimático con lactasa exógena puede ser efectivo mostrando mejoría de síntomas. Utilizarlos permite libertad al paciente de consumir diversos alimentos sin miedo a presentar síntomas, cuando su malabsorción es exclusivamente de lactosa.

¿Se debe evitar completamente el consumo de lácteos?

A largo plazo la restricción de lácteos que contengan lactosa puede ser perjudicial porque son fuentes importantes de proteína, calcio y vitamina D.  La lactosa en la dieta mejora la absorción de calcio y una dieta baja en lácteos puede implicar una disminución en fuentes de calcio. Es importante consultar con un experto para que te ayude hacer el diagnóstico y recomiende las alternativas mas afines a tus gustos y estilo de vida. Recordar que ningún alimento es esencial, solo hay nutrientes esenciales.  Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim