Ir al supermercado es toda una aventura. Unas veces compramos demás, otras el dinero no nos alcanza para llevarnos a casa todo lo que queremos adquirir para nuestra despensa. Y en muchos casos la razón es: la falta de planificación.
En ocasiones acudimos al super sin tener ni siquiera una lista con los nombres de los artículos que queremos comprar y las consecuencias son nefastas. Por eso, aquí te ofrecemos 10 trucos para ahorrar en cada visita al supermercado.
1 – Planifica tus comidas y tus compras con anticipación. Planea cuáles serán tus comidas de los próximos días, para saber qué alimentos necesitarás tener en la nevera y en la despensa. Si piensas comprar productos congelados, revisa cuánto espacio tienes en el freezer para eso. Arma una lista de compras antes de salir de casa. Puedes empezarla en la semana y anotar las cosas que sabes que te harán falta. Revisa qué necesitas y qué tienes, para no comprar por duplicado “por las dudas”.
2 – Elimina los productos innecesarios de la lista. Cuando ya tengas la lista armada, vuelve a mirarla y repiensa con criterio tus compras. ¿Vas a necesitar tantos snacks? ¿Para quién estás comprando tantas galletitas? ¿Vas a llegar a consumir todos esos productos frescos antes de su fecha de vencimiento? Elimina todos los productos superfluos que puedas. Concéntrate en esos que son más caros y no son fundamentales.
3 – Elige el mejor día de la semana. Organízate, compara precios. Averigua qué días tienes descuentos en cada supermercado con las tarjetas de los bancos y las tarjetas de descuentos. Aprovecha las ofertas.
4 – Anda sola y sin hambre. Así evitarás sentir la tentación de comprar alguna cosa que tu amiga o compañía compre para sí. También intenta ir sin tus hijos, ya que si están ellos será muy fácil ceder ante sus pedidos. Además, es importante que cuando llegues al local no estés con hambre, porque si no, todo te parecerá muy tentador.
5 – Olvídate del carrito (si puedes). Si no vas a comprar más de una decena de productos no muy pesados, evita llevar el carrito y opta por la canasta de mano o la bolsa de compras. ¿Por qué? Los grandes carros te incentivan a llenarlos de cosas.
6 – Haz que la lista de compras sea tu fiel compañera. En el supermercado, lo más importante: no te desvíes de la lista. Es difícil pasear entre las góndolas y ver productos que se ven muy ricos o lanzamientos que prometen resolver algún problema hogareño, pero sin dudas lo mejor es comprar lo que habías previsto y luego, ya en casa, investigar sobre esas tentaciones para evaluar si vale la pena comprarlas. Esto, definitivamente, evitará que hagas compras imprudentes e impulsivas.
7 – Sé flexible. No te “cases” con una marca, no es necesario que seas leal a un determinado producto. Si realmente quieres ahorrar dinero, date la oportunidad de experimentar con productos en oferta, marcas genéricas o aprovechar los diferentes descuentos. Así, incluso, podrías descubrir un nuevo favorito.
8 – Resiste a las “grandes ofertas” de productos que no usas. Un enorme cartel te da la bienvenida a una góndola en la que se promociona un dos por uno muy tentador. Sin embargo, el producto en promoción no está en tu lista ni es algo que suelas usar. Entonces, ¿estás realmente ahorrando o estás agregando productos que no necesitas? Si, respondiste bien: estarás malgastando tu dinero.
9 – Presta atención a las fechas de vencimiento. No sólo para evitar –claro- adquirir productos vencidos, sino para comprar aquellos que realmente vayas a consumir dentro de la fecha de vencimiento. Por ejemplo: si un pote grande de queso crema vence en una semana y vivís sola, ¿realmente vas a terminarlo en ese tiempo?
10 – Pon en práctica las 3 “C”. Se trata de comparar, cocinar y congelar. Cuando cocines mucha cantidad, congela el excedente de lo que prepares en casa. Esto te servirá para armar viandas para llevar al trabajo o para comer esos días que llegas tarde y con hambre. Así no sólo ahorras dinero, sino también mucho tiempo.