Mucha gente juega y opina sobre juegos, pero incluso funcionarios y orientadores desconocen a la diferencia entre Lotería Nacional, bancas de loterías y concesionarias. La Lotería Nacional es una entidad estatal que tenía capacidad para controlar los juegos y fiscalizarlos. Pero hace tiempo fue limitada a la realización de sorteos diarios para las bancas privadas, quedando sin una sola banca. Solo algunos domingos realiza sorteos de sus billetes. Situación que habrá de cambiar con la nueva ley que está ya en poder de la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo.

Las concesionarias, conocidas como loterías electrónicas, son entidades dedicadas al juego de números. Con el privilegio de tener sorteos propios, juegos propios y bancas propias. Aunque con el nombre de puntos de venta, ya que existía una ley que prohibía la apertura de bancas por 10 años. Eso dio inicio al desmonte de la Lotería Nacional y al desorden.

Existen seis concesionarias. Todas hacen lo mismo, pero sus contratos varían en cuanto a vigencia, cantidad de bancas y las tasas administrativas a pagar al Estado por los diferentes juegos. He planteado la necesidad de estandarizar dichos contratos. Y se han hecho gestiones en ese sentido. Pero algunos esgrimen que se deben respetar los derechos adquiridos. Sin embargo, como una parte de esos contratos se realizaron en períodos cuestionados, a ellos mismos debería convenirles la estandarización. Y como ahora les estamos exigiendo reportes diarios de sus ventas brutas, antes y después de los sorteos, para determinar cuánto deben pagarle al Estado, se ha creado cierto disgusto.

Puede leer: 25 años de la partida del ilustre amigo J. F. Peña Gómez

A pesar de todo ello, si hay algún factor que pudiera considerarse positivo en el otorgamiento de concesionarias, es que están agrupadas, empresarial o comercialmente.

Cuentan con plataformas a través de la cuales se pueden controlar todas sus operaciones al detalle. Y aunque las autoridades anteriores no le dieron la importancia que amerita la interconexión, se puede lograr en un tiempo prudente, siempre que haya vigilancia y tiempo para dedicarle a esa labor.

En cuanto a las bancas de loterías, lamentablemente entre sus propietarios existe caudillismo y disgregación. Están afectados por el síndrome del sectarismo y la atomización. Pero en ese sector, a pesar de que algunos banqueros e incluso funcionarios no colaboraron con el proceso de regularización, se registraron más de 73 mil bancas en todo el país. Que en comparación con las concesionarias, representan la mayoría absoluta.

Esa dispersión y caudillismo en el grupo de bancas alrededor de Fenabanca que aspiran a contar con una concesionaria -y el gobierno está disposición a otorgársela- está dificultado incorporar a todos ese sector, aunque esta iría en su propio beneficio.

Pienso, que si no logran incorporarse en una sola concesionaria, se les pudiera permitir una o dos concesionarias más. Con bancas existentes legales o cumpliendo con lo establecido dentro del plan de regularización. Mediante contratos públicos y transparentes. Integrados a plataformas definidas y aprobadas por los organismos del Estado.

Con la posibilidad de que sus sorteos puedan ser realizados por la Lotería Nacional, que velaría por su control y transparencia. Para que piensen y actúen como empresas.

Todos con los mismos derechos y deberes. Y las que no llenen los requisitos, cerrarlas.