Divagando: ¿Conspiración? ¿Accidente?. “Las noticias se empecinan en amargarnos la realidad, ya que suenan los tambores de la guerra que quieren explicar la pandemia como la consecuencia de la guerra biotecnológica a la que se preparan las superpotencias. El pistoletazo lo ha hecho el inefable Trump, según el parte noticioso del 1º de mayo en El País, con el título Trump carga contra China y vincula el virus a un laboratorio de Wuhan y, a su vez está, la versión china de la aparición del virus por culpa del Ejército norteamericano en los juegos militares mundiales realizados en Wuhan en octubre de 2019.”
Se preguntaba Miguel, mi queridísimo hermano mayor, si en realidad China era la culpable del virus, tomando como punto de referencia el trabajo del Doctor Xulio Ríos, Director del Observatorio de Política China (OPCH) que se titulaba “¿Es China culpable?”. Este grupo de trabajo, estudio y, por supuesto, análisis, está vinculado administrativamente con el Instituto Galego de Análise y Documentación Internacionale (IGADI), así como también con Casa de Asia, un consorcio creado por la Unión Europea, con sede en Barcelona.
Acto seguido Miguel hace una presentación del trabajo del Dr. Xulio. Por el interés y por la importancia, me voy a permitir hacer un resumen:
1-Casi desde sus inicios, la crisis del nuevo coronavirus, con epicentro en China, se convirtió en algo más que un mero problema de salud pública. A las acusaciones de ocultamiento de información y de mentir intencionalmente se fueron sumando las teorías conspirativas. P. 124.
2- Cita Miguel un fragmento importante del artículo de Xulio: “El intento de estigmatización de una sociedad o un país por esta causa solo puede obedecer a motivaciones políticas. Como también las apelaciones a crear comisiones internacionales de investigación o las reclamaciones de compensaciones económicas a China por una supuesta mala fe en su gestión de la crisis. Quienes apadrinan estos planteamientos, naturalmente nada quieren saber de la responsabilidad de EEUU en la crisis de 2008 o de las indemnizaciones que debiera satisfacer por los enormes daños causados, pongamos por caso, en Irak (…). La lista es larga. Y objetiva. Y probada.”
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3- Sigue citando a Xulio, quien afirmaba en su ensayo que, sin dudas, existen defectos en la gobernanza china y procedimientos que son manifiestamente mejorables. Critica el centralismo existente y el temor de las autoridades medias.
4- El ensayo de Xulio no solo se queda con la vista a China, dirige también su mirada a Estados Unidos. Afirma el investigador que la actitud de la extrema derecha estadounidense, liderada por el “estrambótico presidente Trump”, el “líder del mundo libre” que invita a inyectarse desinfectante para combatir el virus (…), responde a todas luces a la necesidad de ocultar su errática imprevisión desoyendo las advertencias de sus consejeros, de la propia China y de la OMS.”
Miguel hace referencia a otro artículo titulado “China, la guerra al COVID19 y ocho datos colaterales, escrito por D. Xulio en el que señala los ocho daños colaterales de la pandemia. Estos son:
1- “El iceberg de la verdad se resume en cifras. Pero los números no cantan. Cada cual maquilla los suyos como puede.” Afirma que en Asia, a diferencia de occidente, hay mayor experiencia de manejo de pandemias; fueron más rápidos y manejaron más recursos.
2- El virus fue descubierto en China, es cierto, pero no necesariamente se originó allá.
3- El debate acerca de los errores de la respuesta china puso en evidencia la importancia de la libertad de expresión.
4- Se cuestiona el autor sobre el futuro de la globalización. ¿continuará o es un aviso para tomar otro camino? Lo cierto es que la pandemia ha puesto sobre el tapete muchos de sus preceptos.
5- La politización de la ayuda.
6- La pandemia puso en evidencia la credibilidad de la OMS; pues Estados Unidos y otros países acusaron al organismo de que China era que marcaba y marca sus pautas.
7- Las consecuencias económicos y sociales se sentirán durante mucho tiempo.
8- La intensificación de la tensión ideológica.
Miguel se hizo la pregunta y buscó respuestas, pero fue cuidadoso y nos dejó con la misma pregunta. Lo importante es entender que la realidad es mucho más compleja que el simple juego de acusaciones y contraacusaciones.
Como historiadora que soy entiendo que, a través de la historia, la humanidad ha vivido por terribles pandemias y epidemias que han acabado con poblaciones enteras. La peste de la Edad Media se llevó a casi la mitad de la población europea. La mal llamada Gripe Española, que se inició en Estados Unidos en el año 1918, se expandió por todo el mundo y se llevó consigo a más de 40 millones de personas. Finalizó dos años después devastando países y familias.
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Lo mejor es ver estos procesos en la historia, no vivirlos como estamos ahora. La lección innegable de todo este proceso es que esta pandemia ha sido mal manejada por los ejes de poder, y ha puesto en evidencia que los intereses políticos y estratégicos están por encima del bienestar general. El COVID 19 nos ha desnudado como humanidad: no hemos aprendido del confinamiento; no hemos aprendido que estamos destruyendo nuestro hábitat; no hemos aprendido que necesitamos unirnos, no enfrentarnos, para solucionar los males tan profundo que estamos viviendo.
Gracias, mi querido hermano Miguel por este libro. Celebro tus reflexiones, que vengan más.
[1] Miguel Sang Ben (2021). Divagando. Con el COVID-19 durante el confinamiento. Santo Domingo. Instituto para la Defensa “General Juan Pablo Duarte y Diez. P. 122.