Bajo este título la autora, Lesley Simons, reflexiona sobre el liderazgo de la mujer, sus limitantes y trampas; así como también, sobre los prejuicios, roles y estereotipos culturales que han reproducido sistemas de creencias de que las mujeres deben ocupar los puestos que les asignen los hombres, las familias, la sociedad, los esposos o las religiones. Desde niñas a millones de mujeres les fueron construyendo creencias limitantes y distorsionadas a través de los roles designados: “la mujer es para el cuidado de la familia” “para ser sumisa, obediente y resignada” o “debe resignarse a vivir en sociedades dondelos hombres valen y ellas esperan”. Desde pequeñas a través de los juegos le reforzaron la función de compartir y servir, mientras que al hombre los juegos le reforzaron la competitividad y el egocentrismo. Por décadas les enseñaron a creer y socializar los prejuicios de una sociedad que le discriminaba; o sea, el prejuicio es una actitud de rechazo frente alguien, sin tener una lógica de racionamiento, ya sea por su color, sexo, religión, ideología,o por su estatus social, etc. Ejemplo de esto: “las mujeres son débiles” “no pueden dirigir porque no son fuertes” “la mujer no está preparada para trabajos difíciles” etc. Aún con todos estos roles, estereotipos, prejuicios y sistemas de creencias limitantes y distorsionantes; cientos de mujeres se han superado y han logrado el éxito y liderazgo. Cuando se analiza el cerebro de la mujer y del el hombre con fines de liderazgo encontramos que la mujer tiene un cerebro más empático, más holístico, que les lleva a hacer empatía, altruismo y entenderse con los sentimientos ajenos. De ahí que cuando la mujer llega, llega la familia, el esposo, los hijos, de forma equitativa y equilibrada, porque sigue siendo madre, hija, hermana, abuela o tía. También, sigue siendo esposa. Bruno Moroli, un estudioso del liderazgo refiere: “El liderazgo femenino en su estilo es operativo, en su estructura es de equipo, en su objetivo es hacia la excelencia, en su estilo de solución de problema es equitativo-racional, y en las características, delegan, son empáticas, corporativas y de realización.
Los obstáculos al talento femenino pueden ser debido al sexismo, a la discriminación, a los prejuicios, al acoso, a los comportamientos misóginos, pero también, al machismo y el reforzamiento de la cultura patrifocal. No se puede detener ni desconocer los avances que han tenido las mujeres en la educación, salud, economía, empresas, deportes, política y gerencia. Pero, aún con todo eso, existen países donde siguen ganando menor salario y realizan las mismas labores que los hombres, o estando más preparadas se les hace más difícil llegar, debido a las trampas y los prejuicios. Aquellas mujeres que han sido víctimas de acoso laboral, político o moral, son las que se condicionan y se limitan, dejando los espacios, retirándose a sus casas y alejándose debido a la presión, la intimidación y la exclusión social. Sin embargo, existen mujeres que para establecer y alcanzar liderazgo han tenido que aprender a insistir, persistir y resistir para obtener metas y resultados.
¿Dónde están las mujeres líderes? Hoy sabemos que se encuentran en cualquier área y en diferentes lugares. Unas tienen mayor visibilidad que otras, pero son cientos de mujeres que están quitando piedras, luchando codo a codo, para entrar y alcanzar el desarrollo sostenible, el emprendimiento y el liderazgo razonante. Es una lucha a veces tan desigual, que hay que convencer a los hombres, a las mujeres, los jóvenes, a las madres y esposas, pero también, a los hijos y los esposos; las mujeres que lo han logrado, son luchadoras no de un tiempo, ni de una circunstancia, sino que tienen una historia de sostenibilidad, de lucha y de resiliencia social, para alcanzar los propósitos del liderazgo. Las mujeres líderes están en cualquier espacio. El apoyo al talento femenino debe ser equitativo, democrático y no excluyente. El miedo, la angustia y los prejuicios en apoyar el talento y el liderazgo femenino debe ser cosa del pasado. La historia ha demostrado el compromiso que han asumido las mujeres en todos los episodios de luchas y de conquistas sociales. Allí existen las mujeres líderes.