Cada nación, según sus condiciones específicas, diseña una estrategia de desarrollo y modelo político propio, partiendo de su tradición cultural e historia y, sobre todo, en decisión soberana y voluntad popular. A nadie tiene que gustarle el orden interno de cada nación. Beijing ha optado por un “socialismo con particularidades chinas”, sin chovinismo ni sentimiento de superioridad, sino absorbiendo su experiencia histórica. Todas las encuestas occidentales comprueban, a su pesar, que más del 90% del pueblo chino se siente conforme viviendo bajo la sombrilla socio-económica que estructura el Partido Comunista de China. En última instancia eso es lo que vale.

Objetivamente, es el sistema de Gobierno que ha elevado su nivel de vida y confort construyendo un futuro de bienestar al que invita a la comunidad internacional a trabajar juntos para edificarlo. Eso los enorgullece.

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Cada año, acercándose la primavera, la nación, y el mundo, prestan atención a la celebración de la tradicional “Dos Sesiones”; momento cumbre del modelo político chino. Comprende la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional, máximo órgano legislativo del país con la responsabilidad de supervisar y legislar. En esta ocasión, como cada cinco años, tenía la misión de nombrar a los funcionarios que ocuparían los más altos cargos de la nación: presidencia, dirección de la Comisión Militar Central, primer ministro, presidente del Tribunal Supremo y al propio legislador que presidirá la Asamblea por 5 años.

Por otra parte, entra también en sesiones la estratégica Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, órgano asesor político de la República Popular de China, integrada por el PCCh, demás partidos democráticos, delegados de organizaciones populares, de todas las etnias minoritarias que conviven en el extenso país, personalidades independientes, participan igualmente representantes de todos los sectores nacionales incluyendo a los que oficial y orgullosamente denominan como los “compatriotas” de Taiwán, Hong Kong y Macao.

El órgano asesor brinda apoyo a la gestión de la Asamblea Popular delineándose el trabajo gubernamental que se ejecutará durante el año como fase de planes a mediano y largo plazo. La tónica fundamental del trabajo socio-económico a ejecutar se enmarca en la gran modernización integral de la sociedad china revitalizándose en todos los planos con especial énfasis en las condiciones del campo, resorte para consolidar los excepcionales avances alcanzados en la erradicación de la pobreza extrema y garantizar la seguridad alimentaria.

Confirmando ciencia y técnica como objetivos estratégicos.