Dos versiones, un atentado

Dos versiones, un atentado

Claudio Acosta

Lo primero que hay que decir sobre la investigación que ordenó David Ortiz para esclarecer el atentado del que fue víctima, de cuyo contenido nos enteramos gracias al despliegue que le dio The Boston Globe, es que confirma las dudas que dejó en el ánimo público la versión ofrecida por las autoridades dominicanas, que lo atribuyeron a una “confusión”.

Por eso hay que decir también que por razones que resultan obvias al Big Papi no hay forma de confundirlo con nadie en este país a menos que sea King Kong, como expresó en su momento un sencillo hombre del pueblo al que un reportero le preguntó su opinión sobre la versión oficial y que en estos días, a propósito de lo publicado por el periódico norteamericano, hemos vuelto a ver y escuchar en programas de televisión y redes sociales.

Así las cosas, puede asegurarse que miente quien diga que le sorprende que esa investigación haya establecido como responsable de ordenar el alevoso atentado a quien el rumor público señaló con insistencia desde el primer momento: César Emilio Peralta, alias César el Abusador, un reconocido narcotraficante disfrazado de empresario artístico con fama de estar bien apalancado en los gobiernos del PLD.

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Tampoco sorprendería que esa investigación, aunque carezca de efectos legales para nuestro sistema de justicia, haya destruido la poca credibilidad que le queda al exprocurador Jean Alain Rodríguez, preso en Najayo acusado de corrupción y lavado de activos, entre otros delitos.

Parece claro entonces que el atentado no ocurrió como nos lo contó el exprocurador, a quien la investigación presenta como un protector de César el Abusador.

Pero en el punto en el que están las cosas, y tomando en cuenta que David Ortiz no ha colado su café claro, es muy probable que nunca sepamos lo que verdaderamente ocurrió, ni porqué quisieron arrebatarnos su enorme humanidad y su cálida sonrisa.

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