Edouard Duval Carrie, trascendencia y alegoría visual

Edouard Duval Carrie, trascendencia y alegoría visual

La reciente visita al taller del artista visual haitiano Duval Carrié residente en Miami desde 1992, nos ha confirmado una vez más la fuerza de la presencia del arte en Estados Unidos gracias a nuestros artistas insulares que instalan sus talleres e imaginarios en la otra orilla.

Duval Carrié es un ejemplo vivo y activo de toda una obra coherente en su propuesta visual, aportadora de reflexiones profundas que van más allá de su factura. El sueño, la realidad, la mitología y la Historia se abrazan en un mismo plasma progenitor porque Duval Carrie es un Maestro de nuevas miradas desde la perspectiva creadora de sus pintura , matriz de una visión que solo él sabe generar y contar,
Llegó a Miami después de una estadía de cuatro años en París, Francia, donde le conocimos por el maravilloso azar de la vida que nos hizo vecinos en el mismo corazón del distrito once, precisamente en 1989, cuando en el marco de las celebraciones del Bicentenario de la Revolución francesa presentó su obra en la colectiva “La Révolution française sous les tropiques” . Entendimos ya en aquel entonces que este artista de la clase alta de Haití llevaba con genialidad una inmensa complicidad y estrecho conocimiento de la cultura popular y de las mitologías sincréticas de su país.

Situado en el pequeño Haití de Miami, su amplio taller, pegado al Centre de Arte de Haití, es un espacio de convocatoria museológica donde, más allá de sus obras, conviven esculturas y piezas originarias de sus viajes a África y al mundo, porque dentro de su sensibilidad y personalidad visual todo cabe en el imaginario cuando la obra trasciende en emoción y espiritualidad. Veinte y pico de años después, obra por obra, de pared en pared, experimentamos la magia de la sublimación, la exaltación de la belleza y la confirmación de su compromiso con el destino de Haití.

Estamos en un taller curado con el ojo y la personalidad intelectual de un artista que nunca marcó fronteras en las artes primeras, las artes cavernícolas y la modernidad, un Maestro que domina su obra con el estímulo quijotesco de un sueño que algún día podrá ser realidad, conversamos ampliamente sobre los mundos en su mundo plástico.

Duval Carrié heredó de su maestros la pulsión de la belleza vencedora de todas las tragedias del mundo, sin perder la conciencia del compromiso y de la indignación.

Es una artista contemporáneo de una agilidad óptima en llegar al mismo centro de las problemáticas planteadas.

Haití es su escenario, su plataforma visual. En sus obras nunca se desprende de la filosofía popular que pinta con colores encendidos y tiernos para imponer al drama el sueño de belleza y paraíso.

La obra marca respeto y honor a los principios fundadores de una identidad espiritual sacudida por las derivas políticas y las ambiciones humanas .

Impactada por la fuerza de convivencia entre su obra y la colección de sus piezas étnicas, comprobamos en el conjunto arquitectónico de su taller que la obra vive con y en él, y él es indisociable de su obra.

En esta totalidad coherente se manifiesta con inteligencia y racionalidad el sentimiento profundo por su país , señalando en nuestra conversación análisis serios y profundos de concientización tanto hacia el stablishment político internacional como hacia los excesos nacionales.

Hemos sentido, con el distanciamiento de veinte y pico de años, la intensa labor creativa de un artista cuyos principios de fidelidad y entrega a su origen no se han desprendido ni se van a desprender.

En la profundidad de su mirada y en la leve sonrisa de sus evocaciones se expresa la experiencia que ha hecho de él un maestro de la figuración, un escenógrafo de la historia, un forjador del compromiso con la fuerza , vencedora del dolor.

La poética visual de Edouard Duval Carrié tiene una dimensión universal conectora con los planteamientos de lo real maravilloso con una alegoría a la sublimación de una realidad para llevarla al sueño, como lo hicieron los maestros de la pintura ancestral, cuya sabiduría hacía de la obra un manifiesto de espiritualidad.

Varias dimensiones críticas visten la obra del Maestro Duval Carríe, y ninguna lo absorbe porque su factura impera sobre todos los guiños posibles, comparatistas y transversales.

Ellos, Héctor Hypolite, Jocelyn Agenor, Castera Bazile, fueron los encantadores de telas alegres que nos invitaron a ver la historia, por muy patética que fuera en rosa, azul, verde, amarillo para hacer de la cultura popular escenarios de vida transfigurando la realidad y abriéndola a la ilusión y al encanto.

Es de esa fuerza existencial dentro de una naturaleza luxuriante que los artistas convierten su tierra en un Edén.

Es con una intensa emoción y con una marca de respeto humilde que Duval Carrié explica y admira esa excepción visual de sus orígenes, nos habla de todos los maestros autodidactas que alimentan la aspiración a lo sublime .

Es con ese nutriente visual que Duval Carrié se nutre en sus reflexiones técnicas y discursivas, todo teatralizado como en el Concierto barroco de Carpentier, todo llevado al extremo de la elegancia de un Toussaint Louverture vestido de seda y peinado con plumas de avestruz para tocar la estética divina de la libertad.

Una vez más entendimos la grandeza de la imagen real maravillosa cuando de manera natural rompe límites y fronteras porque en el taller Museo de Duval Carrie el imaginario creativo del artista hace hermandad con la trayectoria del realismo mágico de Diego Rivera y de Alejo Carpentier.

Su obra lleva el sello universal de su formación.

Nacido en Haití, creció en Puerto Rico con su familia y luego estudió en Montreal. Se graduó de Bachelor of Arts en la Loyola College.

Infatigable trabajador, lleva su carrera artística con un gran sentido de reponsabilidad y determinación, abriendo un espacio internacional desde Florida que hoy día lo posiciona sin lugar a dudas como el pintor y escultor oriundo de Haití con la mayor presencia en las convocatorias internacionales, en las colecciones privadas, museos e instituciones oficiales como la Corte de Justicia de Miami, que le encargó una pintura monumental en homenaje a los “Everglades” del sur de Florida amplia zona ecológica de humedades que ofrecen una fusión entre el agua y la tierra única en nuestro planeta.

Tuvimos la suerte milagrosa de compartir con el artista Duval Carrié desbordante de energía y motivación por el futuro de esa obra cuya elaboración en proceso promete grandes éxitos.

El estudio de la misma, en blanco y negro, con un filtro de luz despierta la maestría y composición gráfica del artista .

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