Cuando educamos desde el miedo estamos anulando el criterio del menor, olvidando que el temor no genera disciplina, sino una falsa obediencia; donde el niño actúa como se le indica, pero no por convicción ni por conocimiento de lo correcto o lo incorrecto, si no por miedo a la figura de autoridad.

Un menor que crece educado desde el temor, probablemente se convierta en un adulto que actúe bajo el miedo. Los hijos necesitan reglas claras, definidas y explicadas para que puedan entender cuál es el comportamiento correcto y esperado. Luego que las normas son establecidas, se hace necesario imponer consecuencias lógicas ante su incumplimiento.

Ver tamnién: El Ministerio de Educación y la ADP se reúnen hoy.

Una vez las reglas están claras y han sido socializadas con los hijos, los padres necesitan ser firmes, perseverantes y constantes, velando por el cumplimiento de las mismas pero sobretodo trabajar para que en el hogar prime un ambiente de amor, cariño y comprensión; manteniendo una comunicación efectiva y asertiva, donde se refuercen las acciones positivas.

61446fe6dd373.r d.3960 1657 0 — Educar desde el miedo.

Razones por las cuales educar bajo el miedo no es la mejor opción

El miedo afecta la confianza, la seguridad y autoestima del menor.

La conducta esperada en el niño no se produce por convicción sino por temor.

Probablemente el menor solo tenga un buen comportamiento frente a la figura de autoridad o si entiende que esta pueda llegar a enterarse de un comportamiento inadecuado.

El niñono mantendrá un comportamiento sostenible en el tiempo, sino que cada vez necesitará un temor más severo.

El miedoanula la seguridad del menor, le impide actuar por si solo obligándolo a estar siempre a expensas de que el adulto le diga cómo y cuándo hacer las cosas o mantener un determinado comportamiento.

Cundo el padre educa bajo el miedo imposibilita la capacidad de empatía con el menor, por lo que no puedes entender las causas de su conducta inadecuada, a fin trabajarla y cambiarla